el libro de la belleza


en fin, que desde acá se ve el cielo, como un insulto
de encuadre y colores perfectos

su silencio desdeñoso / la forma en que
esa imagen traduce el lugar en que no estoy

en la vida, en las vacaciones, en la tempestad malhabida
del amor / en la amistad preñada y abundante

la foto del cielo es munición en la batalla
constante que se libra en todo el aire
de Roma a Buenos Aires de Sydney a Córdoba de Atenas a Las Vegas
todos nos arrojamos nuestro capital luminoso

los amigos y los amigos de los amigos y los
amigos de los amigos de los amigos
afinan la sonrisa y el saludo y la ironía
en mil espejos se muestran / gotas en el chorro vertical
de la fuente inacabable / se muestran
jóvenes y sanos y a los costados del camino

la belleza está en el ojo
del que aspira

todos nos doctoramos en el artificio todos
echamos el anzuelo una y otra vez
el rectángulo de cielo azul los pies en la arena el abrazo
europeo la fiesta la otra fiesta los labios superpuestos la
foto levitando el recién nacido el souvenir popular el libro usado
con historia el diploma la risa la emoción

no hay una foto en la intensidad del llanto
no hay una cuenta de días grises no hay
nada parecido a mí
ni siquiera mi propio rostro

a lo sumo se pide fraternalmente
una botella, un consejo o una maldición

he estado aquí por años / he sabido
que la envidia y el dolor no duran
y también he escrito por supuesto
mi propia versión / ficción / mi biografía
aguda y panzona y ojiazul y malhumorada y quirky
también yo sumo puntos en batalla
pero esto nadie lo dijo

nadie denunció la levedad ni la impostura
nadie se detuvo a llorar en el camino
ni a prolongar la escaramuza como para romper todo

nunca rendí cuentas por mi rostro en mil pedazos
ni hice volar el altar de la buena diosa
la buena onda que se apropió del mundo
nadie gritó por esto / nadie lloró por esto / nadie me apuñaló por esto

sólo circuló la grotesca historia de que acaso me aman.