A Laika
Tus ojos brillaron a luz del cosmos.
El espacio vislumbró tu ser puro y asustado.
Las estrellas reunidas te vieron perder la vida. Se dice que cada estrella fugaz es una lágrima en tu honor.
Se dice que el cielo no volvió a ser el mismo al sentir tanto dolor.
El cosmos te cobijó en tus últimos momentos y las estrellas sollozaron una canción de cuna.
Asustada tus ojitos brillantes pidieron escapar, tus patitas a casa quisieron regresar.
Tu hociquito pudo olfatear nada más que soledad.
Tu vida en pos de los caprichos del hombre. Tu vida a merced de una ciencia que no comprendías.
Descansa arrullada en lo celestial del himno de estrellas. Descansa en paz pequeña Laika.