LA MUJER DORADA
Did you ever know that you’re my hero, and everything I would like to be? I can fly higher than an eagle, for you are the wind beneath my wings.
Hubo una mujer que solo su presencia me impresionó. En sus ojos pude ver la bondad de su alma, sentir paz cuando mis manos tomó .
Sus cabellos dorados fueron mi sol alguna vez, su mirada en la mía me tranquilizaba. Me miraba, me oía Yo era tan feliz sabiendo que existía en su mundo, y ella en el mío.
Cuando la conocí, supe que era especial. Su aura, su espíritu… Solo le faltaban alas. Ella fue mi ángel guardián.
Llore en su cálido pecho, toque su espalda en nuestro ultimo abrazo. Pude sentir la suavidad de su piel, su corazón en mi corazón, en ese instante fueron uno solo… Latiendo al mismo son. Ella era lo que tanto buscaba en todas partes y no hallaba, un hogar.
Ella me enseño mucho, me dio lecciones que me marcaron para toda la vida. Pero sobre todo, me dio cobijo, me dio un lugar seguro. Fue refugio en tiempos de tormenta, fue paz en la discordia.
Ella fue la primera persona que me notó, que me vió. La única persona que me tendió su mano cuando me caía en el abismo. La primera persona que creyó en mi.
A ella le debo en parte mi vida, mi ser. Ella era mi heroína, no necesitaba una capa para ser una superhéroe, ella era mas que eso, ella era docente.
Una maestra en mi vida, me enseño que yo valía. Que mi vida tenia sentido.
Ella me acompaño desde que me vio entrar por esas puertas del aula como una niña asustada, que temía por el que dirán. Vio a una adolescente que le faltaba amor, y que le sobraba el dolor. Ella vio llegar una adolescente que quería ocultarse a través de las apariencias de las «buenas notas» pero ocultaba bajo esa aura de «inteligencia» los rastros de un pasado de negligencia, de abusos.
Ella se sentó a mi lado, me miro a la cara, me ayudo a sanar. Ella me vio llegar rota, incompleta… Y me vio salir de esas puertas como una mujer. Una mujer que afronto su pasado, que tomo las riendas de su vida. Vio salir a una «hija del corazón» como solía decirme… Y yo me despedí de ella como la mujer que me materno cuando me falto una madre.
Ella fue una amiga, una escucha, fue amor, fue luz. Me compartió un poco de ese ángel, de esa mirada que solo reservaba para sus hijos. Por algunos minutos, por algunos días fuimos madre e hija, por unos minutos me puso en ese rincón de su corazón que solo dedicaba a sus hijos, sus verdaderos hijos.
La ame, la amo… Y creo que la voy a amar toda la vida. Aunque yo ya haya quedado en un rincón olvidado de su memoria, aunque sea ahora solo un rostro mas en un mar de caras que pasaron y pasaran por su aula, me guardo en el corazón ese momento, ese amor, esa entrega que solo ella me dio.
Gracias por hacer de ese aula un hogar cuando lo único que yo tenia era una casa. Gracias por abrirme tus brazos y aguardarme ahí hasta que el miedo se fue. Gracias por todo y mas. Te quiero. Siempre te voy a querer.
LA MUJER VIRTUAL
Yo solo quiero hacerte saber, amiga, estés donde estés. Que si te falta el aliento, yo te lo daré y si te sientes sola, háblame. Que te estaré escuchando, aunque no te pueda ver. Aunque no te pueda ver…
Entrada a la adolescencia, mucho antes de conocer a la mujer dorada, la conocí a ella. Un fandom nos unió, atravesó nuestras redes, nuestras fronteras. Los chat iban y venían, de una punta de la provincia a la otra.
Esta mujer, fue mi primera mejor amiga, a la primera que llame así. Y la que me hizo sentir que era reciproco. Sus palabras entraban a mi bandeja de entrada, a mis mails, mi Facebook, pero sobre todo iban directo a mi cabeza, a mi corazón.
Se me iluminaba la cara a la luz del celular cuando veía sus mensajes llegar a veces a altas horas de la madrugada, celebraba sus logros y ella los míos. Nos queríamos tanto, que pensábamos como si estuviéramos conectadas, como si estuviéramos cerca. Y de algún modo lo estábamos, nuestros cuerpos nunca llegaron a tocarse, pero nuestras almas si.
La mujer virtual me enseño este arte, el arte de escribir. Me enseño que estaba en mis venas, que lo que tenia adentro tenia que salir, darlo a conocer al mundo. Vio en mi lo que yo no veía, un talento.
Juntas pasábamos noches escribiendo, días redactando, a veces ni era bueno lo que escribíamos, pero era nuestro. Y era lo que importaba, un espacio solo de nosotras, para nosotras, y después para quien quisiera leerlo.
Pero mas que escribir, yo moría por leerla a ella. Ver su cara a través de la webcam, conocer su sonrisa, me enamore de ella de una manera diferente. La amaba, sentía las mariposas en el estomago cuando la escuchaba a través de audios o llamadas reír, pero no era un amor romántico. Era un amor fraternal, me enamore de su esencia, de su naturalidad, su teatralidad. Me enamore de como con las palabras podía manejar mis sentimientos. Como con palabras tenia el poder de darme calor en tiempos fríos, de darme luz cuando lo único que yo tenia era oscuridad.
Con palabras me envolvía en un cálido «abrazo», me reconfortaba del acoso escolar que sufría en mi escuela, era la amiga que buscaba, la que tanto esperaba… Y ella existía, solo que a miles de kilómetros.
Aun con la distancia, el amor no cambiaba. Con el tiempo nuestra escritura era mejor, crecíamos juntas en este hermoso arte. Pero sobre todo, éramos unas niñas que jugaban a lo que un día se dedicarían, éramos niñas que se sostenían mutuamente ante las adversidades de la vida, ante lo crueles que podían ser sus familias.
A veces el teléfono o la computadora era nuestro mejor refugio, ella era mi refugio. Sus palabras eran calma a mi eterna soledad, sus palabras eran lo que necesitaba para tener un día agradable. Sus palabras eran como tenerla a ella en persona, aunque sea un poquito, aunque sea solo un poco de su alma a través de esas líneas que me dedicaba. A través de esos fragmentos, podíamos estar juntas.
A través de una misma hora conectadas, estábamos bajo un mismo cielo, bajo el mismo mar de estrellas. A las mismas que siempre les pedía un deseo: Conocerla.
Nunca pude conocer a la mujer virtual, con el tiempo cada una tomo su camino y quedaron nuestros usuarios por ahí, perdidos en la red.
Nunca pude agradecerle lo mucho que hizo por mi, porque nuestros destinos se separan, la magia se desvanece. Los tiempos cambian, nuestras vidas cambian. Ella y yo, ya no éramos mas ella y yo.
Pero hace días, las estrellas se acordaron de mi deseo, y me la trajeron a mis sueños. Pude verla sentada en mi mesa, pude pedirle disculpas por ser tan necia, pedir perdón por la estupidez de mis actos de adolescencia. Pude hacer las pases, pude ofrecerle un mate, compartirle de mi copa de vino.
Pude pedir perdón, y ella me sonrió. – ¿puedo abrazarte? – le pregunto mi alma, que atropelladas salieron las palabras de mi boca.
Ella rio de manera exagerada, como si supiera lo que yo tramaba. Como si aun después de años me siguiera conociendo. Nos fundimos en un cálido abrazo que solo existe en mis memorias. Es el «recuerdo» mas preciado que tengo de ella y nunca sucedió.
Ojala un día, ella toque a mi puerta, y ese recuerdo deje de ser una fantasía y se convierta en una realidad. Gracias por todo, mi querida mujer virtual.
LA MUJER QUE FUE MI ESPEJO
It’s not easy, love. But you’ve got friends you can trust
A esta mujer la conocí en el mismo lugar que a la mujer dorada, ese establecimiento me dio a tres de las mujeres mas importantes de mi vida.
La mujer espejo, era mi compañera de clase, no éramos amigas. No éramos nada, pero fuimos como esos cuentos de «empezaron siendo nada y terminaron siéndolo todo». Ella fue como un sueño, me cautivo su sonrisa, su espontaneidad.
Ella era divertida, no le importaba el que dirán. Ella era ella misma, y eso me encantaba.
Nuestras personalidades eran tan diferentes que chocaban al estar demasiado cerca, no parecíamos compatibles. Sentíamos repelernos con nuestra presencia…
Sin embargo, aunque éramos tan distintas, yo la miraba a lo lejos, como hacia reír a los demás, como era buena amiga con sus amigas, como era cuando estaba en su gente, con su gente. Lo que yo no era, de lo que yo no formaba parte.
Con el tiempo, nos devolvíamos el saludo, hacíamos grupo en teatro, nos fuimos acercando, nuestras auras empezaron a compartir espacio, se dio lugar al habla. Y como si fuese una historia de un cuento trillado, nos dimos cuenta que teníamos mas en común que lo que pensábamos. Compartíamos un mismo dolor, compartíamos secretos que se escondían muy profundo en nuestras almas. Un dolor oculto que solo sabe el que lo vivió, nos hicimos hermanas del mismo dolor. Un dolor que nos unió, nos hizo fuertes… Hubo caídas, pero ella siempre ahí.
Hablar nos hizo amigas, hablar nos hizo mas que compañeras. Nuestro dolor nos hizo mas fuertes porque al vernos la una a la otra veíamos un reflejo de lo que somos, de lo que habíamos sido. De las niñas que habían sufrido y nadie cuido.
Hablar nos abrió un mundo lleno de posibilidades, hablar me hizo ser participe de su mundo… Ese mundo al que siempre quise pertenecer desde que la vi sonreír. Ella sabe cuanto la quiero, lo mucho que la admiro. Ella solía compararse conmigo, decirme «quiero ser como vos» cuando la posta era que yo quería ser como ella. La chica a la que notan al pasar, la de la hermosa sonrisa, ser como ella porque fue mas fuerte de lo que yo alguna vez fui o seré, mas valiente. Es perfecta así como es.
Te quiero.
LA MUJER DE LOS OJOS VERDES…MI BESTIE.
You, the other half of me. The half I’ll never be. The half that drives me crazy. You, the better half of me. The half I’ll always need. We both know. We’re better in stereo
No puedo decir, o expresar con palabras lo que esta mujer represento en mi vida. Pero lo voy a intentar:
Fue la primera persona que me hablo cuando llegue a la escuela en 5to de secundaria. Me sentía intimidada por su belleza, por su naturalidad. Me sentía aterrada, que creí que era «una cheta mas» No hablaba mucho con ella por las razones tontas antes mencionadas, pero hubo un campamento escolar casi finalizando 6to año, ya el ultimo tramo… donde ella amablemente me presto un pantalón en un día de frio cuando yo solo tenia shorts cortos. Me sonrió, sus hermosos ojos verdes brillaban con la luz del sol que le iluminaba la cara, y me pidió con una sonrisa «me haces unas trenzas» Nunca desee tanto saber hacer trenzas como en ese momento, solo para compartir un momento con ella y acercarme ahora que la veía como lo que realmente era. Una chica normal, amistosa y amable.
Cuando el campamento acabo, yo fui a devolverle el pantalón. Fue mi excusa para hablar con ella, intentar que sea mi amiga.
La secundaria acabo, no había logrado mi objetivo de que sea mi amiga, pero si me lleve buenos momentos en aquella aula con ella. Las dos éramos dinamita juntas en teatro. Por ahí le ayudaba en alguna tontera de economía.
El contacto se mantuvo. De a poco se fue gestando un amor mas allá de los limites que yo creía ser capaz de sentir o experimentar. No se como o porque, pero en mi nacían flores en mi pecho cada vez que la veía, ella hacia de mi corazón un jardín en primaveral.
Fue mi S.O.S en mis momentos mas difíciles, mas frustrantes. Me acompaño en mi depresión, y mis intentos suicidas.
Su voz me reconfortaba, me hacia querer soportar otro día mas con vida, por ella yo decía «tengo que seguir» no la puedo abandonar, no quiero que sufra. Quería cuidar su alma y la única forma de hacerlo, era mantenerme con vida. Por ella, para ella.
«Me quieren internar…» le dije llorando a los gritos en un llamado. Escucharla a través de la linea del teléfono hacia que mi pecho volviera a su estado de calma después de la adrenalina de hablar con mi psiquiatra y me dijera que lo mío ya era un asunto grave que se me escapaba de las manos.
No me internaron, porque me negué con todas mis fuerzas y puse mi ultimo rastro de valentía para que eso no sucediera. Iba a ser su cumpleaños, y no quería fallarle. No quería que pasara su día especial en los pasillos del psiquiátrico, no era justo para ella verme así. No era vida para mi vivir así.
Sali del pozo depresivo gracias a que tendió su mano, toque fondo y ella bajo hasta ese inframundo para levantarme de ahí. Me salvo de mi misma, me cuido como a una hermana, me dio consejos con el amor que solo ella sabe dar. Los días difíciles, los días de recaídas, ella siempre al pie del cañón. Dándome el valor que había perdido, ayudándome a recuperar la sonrisa. A darle un sentido a mi vida, verla a ella sonreír.
Ella era feliz viéndome avanzar, viendo que daba pasos cortos, pero seguros. Felicitaba mis logros aunque estos parecieran pequeños o insignificantes. «Me pude bañar después de dos semanas» , «ya tome mi medicación» …
No fui la amiga que ella merecía, no soy ni un cuarto de lo que ella merece, pero me esfuerzo todos los días en mejorar, para acercarme un poco a lo que ella se merece tener.
Hemos llorado, hemos reído. Ella sabe todo de mi, me conoce mas que cualquiera, es uno de los amores de mi vida. Comparte a la par mi corazón junto con mi prometido. Hay amores en la vida que no tienen que ser románticos, pueden ser así. Amores de la vida, pero en amigas.
Su persona se convirtió en alguien esencial en mi vida, no puedo tomar decisiones a veces si no las consulto con ella, no soy yo si me falta ella.
Me despierto con sus mensajes y me duermo con sus mensajes, pienso en ella todos los días, y en como me gustaría ponerla en una cajita de cristal y que nada ni nadie le haga daño. Me gustaría poder sentir el dolor en vez de ella, haberle ahorrado tantas cosas, me hubiera gustado que nunca sufriera. Pero como no podemos ocupar el dolor del otro, me puse como meta en la vida ser quien amortigüe el golpe, quien cure heridas, repare corazones rotos. Quien escuche, quien viva por ella. Morir no, Vivir por ella. Si hay algo que aprendí es que morir es muy fácil, estar cerca de la muerte te enseña eso. Ya ni le temo a la muerte. A lo que temo es a una vida sin mi compañera de vida, el amor de mi vida, mi gran amiga, mi gran amor. La chica de los ojos mas bonitos del mundo, mi bestie.
Algún día espero poder pagarte lo mucho que me has dado, entregarte la felicidad que me has hecho sentir. Quiero que me alcance la vida para vivir a tu lado, ser la tia de tus hijos, verte crecer, amar, progresar. En tiempos difíciles ser quien te vaya a levantar, quiero compartir los años que me queden a tu lado.
Gracias amiga por ser incondicional, por tu dulce voz, por todos los momentos que no menciono porque estaría horas escribiendo. Se que estas palabras no significan nada, los actos lo son todo. Voy a demostrarte mas allá de estas palabras lo mucho que me importas, y lo mucho que te quiero en mi vida.
Gracias por salvarme la vida. Gracias por hacerme querer volver a vivir la vida, y celebrarla junto a ti. Gracias por tanto, perdón por tan poco. Te amo, te voy a amar siempre.
A LA MUJER QUE NECESITABA… A MI MADRE
Mother, you had me. But I never had you… I wanted you. You didn’t want me.
Me diste la vida, fui la cuarta de tus siete hijos.
Se que fuiste una niña criando niños ya que a los 16 tuviste a mi hermana mayor, llegaron 2 hijos mas, luego llegue yo. Y no tuviste tiempo a verme que ya tuviste tres hijos mas.
Se que no podías estar conmigo porque no podías y entiendo que a veces no querías, pero te necesitaba… Te necesitaba cuando veía en los actos del colegio como las mamas maquillaban y vestían a sus hijas los días de actos patrios. Alguna mama que se compadecía de mi, me ayudaba cuando me ponía la camisa al revés y ponía brillo en mis labios como se lo ponía a su hija. Una maestra me acomodaba el cuello de la camisa, y me peinaba cuando mis trenzas se desataban. Te necesitaba ahí.
Te necesitaba cuando viajabas días enteros o cuando discutías con tus parejas o en años anteriores con mi padre. Tenia miedo de lo que podía pasarte, siempre pensé que un día alguno de ellos iba a matarte.
¿Te acordas el día que discutiste tan fuerte que me pusiste a mis tres hermanos en las manos y me dijiste que me fuera con ellos hasta lo de mi hermana mayor? y yo te decía «¿y vos? Llorando te dije ¿Y VOS, QUE VA A PASAR CON VOS? TE VA A MATAR ¿Y SI TE MATA?
No me dejaste terminar de hablar, cerraste la puerta y me lleve a mis hermanos lejos de ahí. Luego llamamos a la policía y les mentiste, les dijiste que todo estaba bien, que no había pasado nada…
En casa de mi hermana, ella reconforto a los tres mas chicos, los hizo dormir en su somier, mientras a mi me decía que no fuera mas a su casa. Que no quería mas problemas, que por algo ella se había ido de la casa, que se iba a mudar sin decirnos a donde así no iba mas con los chicos. Te necesitaba, yo también quería ese amor…
Siempre fui demasiado chica o demasiado grande para vos según tu conveniencia. Para cuidar hermanos, hacerle la comida, quitarle los piojos, ayudarles en la tarea, quedarme con ellos en la noche, era grande. Pero no para la matiné, los 15 de una amiga, o ir al supermercado con mi amiga la vecina.
Te necesitaba cuando tenia miedo, cuando tenia pesadillas. Cuando tenia hambre, cuando conocí al chico que me empezó a gustar. Te necesitaba cuando me enfermaba, cuando no me salía un trabajo en la escuela, cuando me dieron la banda de escolta de la bandera. Vos creías que yo me arreglaba sola porque así era yo, y no. Aprendí a la fuerza a no necesitar ayuda, a aprender por mi cuenta, a maternarme. Pero te necesitaba.
Te quise tener ahí, compartiendo esos pequeños logros, pero no estabas ahí. Y en otros lados, en otras mujeres te fui suplantando, otras mujeres me fueron maternando y eso esta bien, supongo. Después de todo, me ayudaron cuando me hacías falta. Incluso las pocas veces que estabas, realmente no estabas ahí.
Te necesitaba cuando no sabia si te importaba mi vida o no, ya que nunca me preguntabas nada. Te necesitaba cuando por primera vez sostuve un arma y apunte a la cabeza. Te necesitaba diciéndome que parara, que bajara el arma. Que me querías, que me querías en tu vida y me querias CON vida.
Te necesitaba cuando no entendía lo que le hacían a mi cuerpo, cuando tenia 6 u 8 años. Y cuando te lo conté años mas tarde, cuando realmente supe que eso no eran juegos, era abuso. No le diste la importancia que yo quería que le dieras. De hecho me culpaste por no hablar antes, por ser «lo bastante grandecita» para hablar, para saber… ¿y el? El era mas grande que yo, el se aprovecho de mi, y decidiste dejarlo así. Impune.
Cuando tuve ataques de pánico cuando me obligabas a ver mi abusador, me golpeabas la espalda diciéndome «dale, deja de hacer eso que los vecinos te van a escuchar… Vas ahuyentar a los clientes del almacén» Cuando me calme, fui a mi pieza a querer descansar. Mi hermana menor golpea la puerta y me dice, «dice la ma que te vayas» pusiste cien pesos en mis manos, y me dijiste que me fuera a lo de mi novio.
Te necesitaba cuando ya lejos de casa la vida se me ponía mas y mas dura, cuando el mundo laboral me golpeaba en la cara. Cuando los sueños se me rompían en pedazos, cuando lloraba todas las noches porque solo tenia 100 pesos y necesitaba comenzar los cursillos de la facultad.
Con esos 100 pesos pague los 2 viajes que me hizo falta para rendir el examen de ingreso a la universidad, para saltearme los cursillos, y no tener que pagar el colectivo y las fotocopias porque no tenia mas que esos cien pesos.
Me saque un nueve en matemáticas, y un siete en física. Entre a la primera, sin cursillo, solo con cien pesos. Bueno, en ese momento ya estaba en cero, pero iniciaba la carrera. Te necesitaba ahí. Te necesitaba cuando me insultaba al espejo todas las noches por no ser lo suficientemente lista, lo suficientemente linda, o lo que sea que pidieran en trabajos a los que me rebajaba en cada entrevista al punto de querer cobrar por debajo del mínimo con tal de contribuir en la nueva casa donde vivía en ese entonces.
Se que pensabas que estaba bien ahí, pero no estaba bien ahí. No estaba cómoda, no me hacían sentir cómoda. Incluso baje de peso de la angustia que sentía, con mi peso se iba también mi cabello y se deterioraba mi salud.
Te necesitaba cuando volví a sentir lo que era tener hambre, ese hambre que no te deja dormir.
Te necesitaba cuando hice mi primera prueba de embarazo, y no sabia como funcionaba.
Sin embargo, se que no sos una mala persona. No tuviste padres que te enseñaran o te dieran lo que yo necesitaba, No se puede dar lo que nunca se tuvo. Te empecé a entender con el tiempo, estaba enojada con vos, incluso a veces pensaba que te odiaba, pero no. Jamás te odie, siempre te quise, siempre te ame. Y lo voy a seguir haciendo por el resto de mi vida.
Se que hacías tu mejor esfuerzo, que también tuviste tu caos interno, que también llorabas a la noche porque no sabias que hacer. Estabas sola, con muchos hijos, y nunca aprendiste ni tuviste ejemplos a seguir. De las pocas lecciones que me has dado era a no cometer tus mismos errores, a no tener hijos demasiado joven, a no seguir tus pasos.
Te perdone cuando hice terapia. Pude aprender que tu crianza fue una mala crianza, y solo repetías patrones, no conocías otra cosa. Bruta, como sabes decir, lo intentabas, y se que si. Se que hiciste sacrificios, se que a veces era mas importante priorizar ganar el mango que las necesidades afectivas o necesidades cualquiera mías o de tus demás hijos. Te perdone porque se que a tu manera me querias, me quieres. Porque cuando te enteraste que me iban a internar, cambiaste tu manera de ser. Me diste el amor que tanto tanto buscaba, me dijiste lo que esperaba, que me querias viva. En tu vida.
Se que lloraste cuando sentiste que me perdías, cuando la situación se puso al limite y pendía de un hilo mi vida o mi muerte… se que no sabias acercarte a mi. Pero empezaste a intentarlo. Lo intentabas, lo seguís intentando.
Porque vos también perdonaste mis errores, porque merecíamos una segunda oportunidad. Perdonar, perdonarnos. Fue lo que necesitábamos, hacer las pases.
Si, ahora soy adulta, y quizás no te «necesite» pero te quiero ahí. Quiero que estés ahí, y sigas siendo parte de mi vida. Porque se que me amas a tu manera, porque reconociste tus errores, porque se que aun hay tiempo de enmendar estos sentimientos. Porque se que podemos ser mejores que ayer. Te quiero, así como sos, aunque a veces busque reemplazarte nadie ocupara tu lugar. Te amo, así como sos. Te amo y te voy a amar siempre.
Dedicado a Vitalina «La mujer dorada»
Dedicado a Nahiara «La mujer virtual»
Dedicado a Liliana «La mujer espejo»
Dedicado a Aldana «La mujer de lo ojos verdes… Mi bestie»
Dedicado a Eugenia «La mujer que necesitaba… Mi madre»