Sufro.

Respiro fuerte, me tapo el rostro

aprieto lo dientes,

con cuidado de no morderme la lengua.

No lloro. Sufro, pero no lloro.

Tengo que ser fuerte, 

pero una vez mas los percibo.

Están en este sitio frío y encerrado.

Son los fantasmas del presente,

los fantasmas del dolor.

Si…

Son los 

sándwiches de miga:

crudo, 

queso y 

esplendor.