Te quiero con cada una de las letras de tu nombre, por su razón, por tu existir, —su esencia—.

Te amo con el cuerpo, con el alma, químicamente; con mi cabeza; mi dopamina lleva tu nombre.

Te quiero con tus gustos, tus defectos; aun con lo que de ti odias. Te quiero con el caos que eres.

Te amo en silencio y a gritos. En la oscuridad, ahí también.

Te quiero por dentro; cuando nadie nos ve, por fuera, cuando la gente de nosotros sabe.

En la cama, a sensaciones y placeres; más allá de mi lasciva, de la que sufro arrebató.

Eres los amantes de Magritte, mi estación favorita: otoño. Con el justo de viento y silencio perfecto.

Eres mar, confort, hogar y tranquilidad.

Te quiero como olor fragante y fuerte briza.

Te quiero por ser tú, mi equilibrio y sostén en los malos días.

Te quiero para revolución y retroalimentación.

Te quiero ahora y como para siempre.

Nunca dudes que por ti desprendería de mí cada fibra:

Eres mi complemento y mi sustento. 

Te amo como no tienes idea. Te amo con todas sus letras.

Te amo de la J a la A y de la A a la Z.

Te amo con el corazón y todos mis órganos.