Apurada, nerviosa, frustrada
así leo tus poesías.
Las neuronas a todo motor
intentando
descifrar, recordar, retener, relacionar, querer,
tus teorías de viejos
de corderoy y tabaco.
No me gusta nada.
Pero descubro belleza en cada rincón
me aburro desesperadamente.
Me tomo la vida como un juego
ya entendí que no soy inteligente
ni buena escritora, no voy a engañar a nadie
Pero tengo una lapicera y un cuaderno
Asique escribo
¿No es eso lo que basta hoy para decirse poeta?
Ah, cierto, me falta ser aesthetic
o fumar marihuana,
una pena profunda, un padre que se fue.
Si hicieran silencio unos minutos
podrían escuchar las risas de los antiguos.
Claro que me gustaría escribir bien
pero no pienso gastar tiempo de mi vida en esto
¿Para qué? ¿Para que en el mejor de los casos
mi inconsciente no se lo crea?
Esto es lo que nos hacen,
cabecitas cuadradas, baja autoestima.
Prefiero mil veces tirarme al sol
mirar las nubes, sentir la lluvia hasta los huesos.
La adrenalina ¡la vida real!
De qué nos sirve leer a personas que no viven
¿de qué les sirve a los alumnos de secundaria un profesor color papel?