No somos como ustedes.
No estamos llenos de odio y rencor.
Estamos alegres, porque aún hay esperanza, porque aún podemos salvar el país que amamos.
Porque valoramos el trabajo honesto, la verdad y la tierra.
Porque nos preocupamos por el vecino, no como ustedes que solo miran su propio ombligo.
Porque sabemos que si le va bien al carnicero, al tambero, al costurero, al profesor, al agricultor, al empresario, nos va bien a todos.
Ustedes sigan pataleando, gritando y pintando todo de rojo. Se van a ahogar con su saliva mientras nosotros levantamos el país con trabajo.
Nosotros no usamos la bandera de nuestra patria para hacer propaganda política.
La usamos en el corazón.