el momento en que mis manos más se mueven
es cuando estoy triste
cuando golpea la nostalgia
cuando más pesan los días
y que poco escribo cuando estoy feliz
mala costumbre de olvidarme de todo
como si plasmar y dejar recuerdo
de un buen día
no valiera la pena
pensaba que escribir solo la tristeza
podía ayudarme
y aunque no me equivoqué
descubrí
que quiero escribir siempre
saber que sé doler
que sé llorar
saber que sé ser feliz
que sé amar
y que mis manos no dejen nunca de moverse.