Un discreto artesano de provincia

Llegó caminando a las afueras

Donde comienza el campo

Y puso sus manos sobre la tierra

Cuando un chimango gritó más arriba un reclamo

Pero el no hizo caso

Porque su corazón quería abrazarla

Con un amor que no aguanta

Lo que dura la vida de un pobre diablo

De estar separados

Las nubes se amontonaron presenciando

La disputa de bastardos

Los yuyos descansaban en la escena

libres de doctos bautismos

huérfanos sin memoria de fonemas disgregados

Impasibles ante su propia victoria