Hay un momento “x” en el que las palabras explotan

de ganas de salir disparadas.

De dar justo en ese lugar del bocho donde todo tiene un sentido,

donde se crea ese ritual entre tus dichos y los míos.

Vos

sos todas las personas con las que hablo de cualquier cosa. De que la vida

viene difícil tirando cada vez más fuerte

de que el día está soleado

de que ayer lloré mucho

o que este lugar me gusta y tiene onda.

También, hablo de lo que no sé e invento y me deliro con cosas

que después terminan siendo.

Me gusta mucho escuchar y aunque a veces nos pisamos

soy de las que vuelven para que completes esa idea que dejaste por la mitad

porque me interesa. Claro

que me interesa.

No sé si esta es la edad -de la charla-

O será que todas las palabras no dichas fueron madurando hasta llegar al punto de emanciparse.

Ay! Como me gusta!

Tengo la misma abstinencia cuando no charlo que cuando no como harina blanca. Creo que soy adicta a todo tipo de charlas, incluso las que tengo conmigo misma.

Hoy, ahora, y ayer

me dije muchas cosas lindas y no tanto.

Me charlo mucho estos días

y la dinámica a veces es sólo de escucha

y así está bien.