El atentado del 11 de septiembre de 2001 fue uno de los actos terroristas más impactantes de la historia reciente. Dos aviones de pasajeros, secuestrados por miembros de la organización Al-Qaeda, se estrellaron deliberadamente contra las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York. El impacto de los aviones causó un gran incendio en las torres, dañando gravemente su estructura de acero.

A pesar de los esfuerzos de los bomberos y otros equipos de emergencia, ambos edificios colapsaron en cuestión de minutos, dejando tras de sí una nube de polvo y escombros que cubrió gran parte del bajo Manhattan. Miles de personas murieron en el ataque, entre ellas trabajadores de las torres gemelas, bomberos, policías y otros socorristas que intentaron salvar vidas.

El atentado también afectó a la economía y al sistema de transporte de la ciudad, y provocó un gran impacto en la psique colectiva de Estados Unidos y del mundo. A raíz del ataque, se implementaron medidas de seguridad más estrictas en los aeropuertos y otras instalaciones públicas, y se intensificó la lucha contra el terrorismo en todo el mundo.

El 11 de septiembre de 2001 dejó una marca profunda en la historia de Estados Unidos y del mundo, y su legado sigue siendo objeto de debate y reflexión en la actualidad.