En febrero hice un breve análisis del vínculo amoroso de Hasil y Sally-Ann en la serie Outsiders de Peter Mattei. Hoy me interesa destacar dos elementos icónicos para mí. Uno viene de las mismas  Shay Mountain y otro de la ciudad.

Alcohol

El aguardiente de los Farrell parece salido de otro mundo. Tiene su mísitica y es conocida en la ciudad, sin embargo nunca bajó desde las montañas. Nunca, hasta que Hasil se ve en la necesidad de conseguir dinero. Quiere conquistar a Sally-Ann, pero sin dinero parece tener la batalla perdida. Así es como se le ocurre vender dos botellones de esa bebida misteriosa en la zona baja. 

Logra comerciar con un dealer interesado en la leyenda del aguardiente. El dinero es poco pero suficiente para su fin. Así se produce el intercambio: bebida por dinero. La primera consecuencia de esto es un hecho trágico: un joven comprador desborda, después de beber, y se convierte en asesino. Los hechos no son claros. Asesina a su padre sin razón aparente pero con saña. Al ser interrogado por la policía el joven declara que no recuerda nada y que a quien cree haber asesinado es al mismo diablo.

Esta picardía de Hasil para conseguir dinero rápido no le sale a él nada barato. Al ser descubierto por Big Foster éste le aplica una severa sanción. Amputa un dedo al joven y ya nada vuelve a ser igual.

La segunda vez que el aguardiente baja desde las montañas es de la mano de se Asa Farrell (el retornado). La razón para el comercio ahora no es el amor, sino la necesidad de conseguir armas. Es un cambio brusco, nada casual para mí. Asa quiere «comprar» de alguna manera la aprovación de Big Foster y también la de su Clan, que aún lo ve como un extraño que traicionó los principios de los Farrell cuando años atrás los abandonó. 

El resultaddo de este negocio es más revelador. Asa consigue trocar algunas armas, aunque el negocio se trunca en el camino. Pero lo más interesante es lo que produce la bebida en los nuevos consumidores. Por un lado una mujer que adquiere el producto se revela ante su realidad. Rompe platos en el suelo, llora y enfrenta a su marido: no es feliz. Por otro lado un hombre, oficinista aparente, se sienta en un banco a saborear el elixir mágico. Se siente feliz y libre, tanto que empieza a desnudarse en la vía pública.

¿Qué tiene ese licor ? ¿Vuelve locos a todos o saca lo que cada uno lleva adentro?Me pregunto si es eso lo que intenta mostrarnos Peter Mattei.  

Dinero

El próximo elemento es clarmente el dinero. Si bien cuando se produce el comercio de las botellas de aguardiente se ve cómo el Clan Farrell empieza a corromperse, hay otras escenas donde el dinero es el protagonista.

En una, de nuevo Hasil se hace presente. Ya intentó con el comercio de bebidas, ahora se ve en problemas con su amada Sally-Ann con quien convive en una casa abandonada. Todo parece no tener salida hasta que un golpe —y no de suerte— lo lleva hasta las minas de carbón. Ha sido capturado por unos obreros furiosos por la detención de la obra que los Farrell frustran con su existir. Parece su fin pero, Holly Gibney aparece con su propuesta: trabajar como nexo. ¿Nexo de qué o qué? Nexo entre su familia y la empresa o la familia y la ciudad. No hay nada claro. ¿Es un trabajo o qué? No tiene que hacer nada pero recibe un pago. Es confuso pero Hasil acepta y desaparece.

Algo parecido le proponen al cuñado del Sheriff Wade Houghton: ser nexo entre la comunidad y la empresa. Ni él entiende su función y hasta en una escena se lo pregunta a la misma Holly Gibney, aunque más adelante queda claro que será quien escucha y enciende la mecha. 

¿El dinero tiene algún sentido que no sea la manipulación o la corrupción interna? No se sabe ni donde viene ni es merecido en ciertos casos. 

El intercambio entre el dinero y la bebida trae problemas para los dos lados. Pero mientras la bebida en la ciudad revela disfuncionalidades ocultas; el dinero corrompe lo edificado por años e inicia la decadencia.