Miscelánea: mezcla de cosas diversas.

¡Ah, el capitalismo! ¡Gran y adúltero amor! Qué manera de mezclar las cosas, ¿no cierto?

Misceláneas es un unipersonal tan divertido como ácido. Complejo, si se quiere, pero de una manera fantásticamente sencilla, que se desarrolla con un humor negro, sin perder en ningún momento el eje transversal que encierra la obra completa: una ardiente crítica al capitalismo, a las reglas del juego y a los diversos personajes que pueden encontrarse dentro de la gran maquinaria global. Una crítica a y desde los personajes que se producen y reproducen dentro de ésta.

Pero, ¿de qué manera? Desde lo mejor de la obra: desde el humor fantástico.

Desde la mirada de una petrificada Virgen María y una violenta Hada Madrina (que recuerda por momentos a Violencia Rivas), hasta la mismísima Muerte. Con su hoz y sus palabras afiladas.
Esto y más es Misceláneas, lo fantástico, lo poético y lo voraz. Lo sensual, con una crítica también al patriarcado (amigo preferido del capitalismo). Una obra que problematiza el humor y nos hace reírnos de nosotros mismos, cueste lo que cueste. Ya sea con maldad, ya sea con inocencia, ¿de qué nos reímos? ¿Por qué nos reímos? ¿En qué momento dejamos de reírnos?

¿En qué momento deberíamos dejar de reírnos para pasar a tomar acción?

Misceláneas nos abre un mundo entero, lleno de diversión, pero también de consciencia. Una gran fantasía neoliberal, liderada en escena por la magnífica Carolina Kostoff, quien es a su vez la actriz, directora y dramaturga de la obra. 

Pueden verla el próximo 16 de Abril en La Panadería (Lamadrid 544)

instagram: @compania.rayuela

Crítica por: Agustina Heredia.