“Sólo sabía de la música lo que debe saber toda persona que asiste correctamente a conciertos” El duelo. Jorge Luis Borges.

Suelo romper cadenas compulsivamente, no me gusta que me etiqueten en publicaciones y por consiguiente tampoco etiqueto demasiado, sobre todo si es para que alguien siga haciendo algo impuesto. Una de las últimas veces que me invitaron a sumarme a un desafío (¡??) debía postear por un lapso de 10  días películas que por algún motivo hayan sido importantes. Sin afiches y sin referencias.  Cumplí con los días, en un ejercicio que me dejó sabor a poco. Si no digo lo que significó cada película ¿para qué corno lo hago?

La cuestión es que me detuve a pensar en que podría listar. Seguramente también haya dado vueltas una cadena al respecto. Ya sé: Recitales a los que asistí. Recitales memorables. Uf ¿Cómo elegirlos?  Quizá no haya un solo modo de hacerlo. Podría listar los recitales en los que me empapé, creo al menos que fueron tres y de lo más diversos. Recitales en teatros, recitales en bares, recitales en estadios, recitales suspendidos. ¿De qué manera elegir? ¿Podría nombrar el mejor recital de mi vida? ¿Reniego de alguno de ellos? ¿Cuándo dejé de asistir? ¿Cuándo empecé a hacerlo?  ¿Quién es el artista al que vi más veces en vivo?  ¿Cuántos recitales internacionales? ¿Cuántos nacionales? ¿Cuántos locales?

Lo que sé, tal vez por eso la cita del comienzo del post, es que una de las cosas que más he disfrutado en mi vida son los recitales. Vivir en una ciudad como La Plata hizo que la cosa se haga bastante fácil. De por sí es cuna de grandes bandas y a la vez está bastante cerca de Capital (como le decíamos en la época en que veíamos bandas y músicos locales o internacionales).  Decía, en La Plata vi a los redondos en los últimos dos recitales locales. Más tarde, pero cerca de aquellos años 90 en un bar hermoso de la ciudad, al lado de la casa Curuchet, el querido Boulevard del Sol, pude ver las mejores bandas platenses de la época, Peligrosos Gorriones, Mister América, Topografía Difusa, Peregrinos (devenidos en Estelares). En ese bar también vimos a Las Pelotas mientras Skay y la negra poli bebían en una de las mesas. Creo que podría seguir. Pero quiero terminar, al menos por hoy, parece que el mundo sigue su curso. Una vez más.  Entonces cierro con el recuerdo de aquélla otra vez en la que se iba a terminar el mundo. Teatro Gran Rex 11 11 11 pm. Decían que todo acabaría y un teatro colmado cantaba… oh mi amor desaparece el mundo! No sé si fue el mejor de los recitales, de lo que estoy segura es que hubiera sido un bello modo de desaparecer del mundo.