I

y recuerden: el universo, con todos sus detallles, no tiene la necesidad de tener sentido para ninguno de nosotros

II

en lugar de leer una peli o una serie, me alcanza bastantemente con ojear las adhesiones a ellas, el contenido de los comentarios elogiosos. esos comentarios demuestran que son objetos precisamente dirigidos a ese tipo de público que ahora los elogia. dicen por ejemplo: serie (o película) «destinada a ser de culto». ¿esa expresión no les da una especie de miedo estético? sospecho que se trata del efecto de la venta de cosas pretenciosamente «raras». esas cosas raras pero no tanto, no tan raras como para incomodar. porque el burgués parece desear catárticamente esa rareza, aspiraría a ella si no estuviera carcomido de adentro y de afuera por las convenciones apropiadas

III

estoy por ver una inocentísima serie de Marvel en un sitio que no es Nefli y me salta una ventana que promociona cierta pastiilla o algo así, y dice tres cosas:

«1. ¿Sabías que tu pene puede ser 7 centímetros más largo?»

me pregunto si, para el promedio que establecen los estudios que hay al respecto desde 1950, 7 centímetros más no será un exceso

«2. ¿Sabías que tu pene puede mantener su erección durante más de 2 horas seguidas?»

eso afectaría muchísimo mis relaciones afectivas, pienso. pocas personas me soportan más de una hora y media seguida. con la pija parada, mucho menos

«3.´Tu pene podría controlar la eyaculación por tiempo indeterminado».

ok, mi pene podría, ¿y yo qué?, ¿y si yo estoy en otra? ¿qué quiere decir «indeterminado», por dios? ¿el «control total» no es un poquito antierótico?

en definitiva ¿por qué mierda las publicidades tratan a las personas tan mal, como si no fueran personas? nos vamos a cansar pronto de la imbecilidad de mercado, van a ver. la publicidad, como el periodismo, va a desaparecer en pocos años

IV

una periodista que tengo de contacto en el face que hizo un par de libros y tambien sale un poco en la tele dice que se fue de una marcha feminista y que está «desilucionada» (sic) por la politización del acto, que se sintió rodeada de personas del peó y kirchneristas. le comenté que ser feminista y de derecha solo es posible mediante la trivialidad, aunque es esperable que una autora que se desilusiona con C no comprenda tal cosa

V

entro a una página de sexo (que se llama algo así como «Gente-que-tiene-más-ganas-de-cojer-que-de-vivir»), busco una chica que me guste la foto y leo su perfil. en sus preferencias dice solamente «Deleuze». miro otras preferencias de otros perfiles, porque esto me parece raro. y leo: «Mentalidad abierta, me gusta todo», «Me gustan los hombres mayores que saben hacer bien el sexo oral», «No te cuento mis preferencias, vas a tener que descubrirlas», «Me gustan las trav activas», «Quiero experimentar con una pareja de mi edad» y cosas así. todo bien con Deleuze, ponele, aunque no es uno de mis filósofos favoritos. pero, además de distinguirse ¿qué busca la chica que pone «Deleuze» entre todo eso? puedo entender que cierta distancia en tal contexto es casi erótica, pero ¿no es muy cabeza?, ¿no es mucha la distancia?, ¿no será un mal augurio? ¿o se trata de un mero código identitario? podría ser su intención poner un filtro de clase social, que de hecho lo es, lo sepa ella o no. o ella podría haber puesto «Si no me seducís intelectualmente, olvídate de la concha», aunque hubiera sido, también, muy directo. ma sí, yo le escribo. mi primera frase, que le va a encantar, será: «¿Quién es Deleuze? Me suena a un actor francés de pelis de acción… ¿no?»

VI

mirar cualquier noticiero demuestra lo que el periodismo es: una ficción mediática más, una charlatanería inconsistente que permite cualquier operación, cualquier reyeno, cualquier payasada. este tipo de ficción solo se sostiene en decadentes aparatos comerciales y en la vieja creencia de que se trata de una institución con reglas y funciones determinadas que serían pedagógicamente benéficas. decir que hay periodistas honestos que hacen las cosas bien es como decirr que hay policías buenos y con esa excusa salvar el honor de la dañina institución. el periodismo, dada su actual función social, es peor que la policía. hay que denunciar y despreciar su necesidad espuria

VII

Sigue estando de moda decir “respeto tu opinión” para eludir razonamientos en una discusión

VIII

los periodistas se asombran y se escandalizan porque algunos jóvenes se drogan y se pelean por boludeces de pertenencia grupal o territorial. se espantan los comunicadores porque los púberes pelan alguna púa o un caño o garchan en la vereda. les parece -dicen- un signo de decadencia de la época ¿nunca escucharon un puto tango?, ¿nunca salieron a la puta calle?, ¿nunca se ocuparon en averiguar cómo se ha vivido en otros tiempos? ni imaginar que un periodista se haya tomado el trabajo de leer la «historia de la vida privada» de duby o la ilíada del compañero homero

IX

desde hace no mucho tiempo abunda el periodista cut&paste cuyo concepto de estilo es nulo, cuya sangre es el google y cuya posibilidad de especulación jamás saldrá de los límites de la orden del editor. ese coso masomenos funcional se homologa en su fingido oficio a mucha gente que no dice ser periodista, lo que abona con un nuevo argumento mi tesis de siempre: ser periodista consiste en nada y se esfumará como pretensión de algún tipo de conocimiento específico. también la palabra que designa esa nadería habrá de hundirse en el olvido del error. como la del pregonero o el farolero o el colchonero será una ocupación extinguida, y se dirá en los diccionarios «periodista: persona casi alfabetizada que contaba con el permiso de algún patrón para hablar en público»

X

otra expresión mediática que va por el camino de la cristalización boba y fea es «estalló mengano en las redes». sé que a muchos nos gustaría que varios menganos estallaran y dejaran las redes decoradas con colgajos de su humanidad, como estallaba una cabeza en la primera escena de scanners. pero, hasta que eso suceda, podríamos pensar lo que decimos