Desgranando. Rezando
Las diosas de arenas, de ranchos.
Amas de hogares en los campos.
Ordeñando leche, encerrando las chivas, Juntando huevos de gallinas, corriendo a los pavos y amasando.
Camperas del algodón del los ocasos.
Sobran lugares de piedras, sobran lugares que escarban con sacrificios y trabajo.
Sabias las viejitas curan con aceites y ajos o tirando el cuerito del empacho.
Amas de hogares hambrientas del descanso.
¡Inicios de cuántas! ¡Inicios de cuántos!
Pedí su voz y asomé a sus casas, saber que sienten tomando un mate por la mañana.
Griselda dijo que la llamó la preceptora de la escuela secundaria por el papel que le  falta,
Que ya le dijo al  Joa y nada.

Sueñan poquito, que vuelva al estudio la Brenda, que dejo en este tiempo por descuidada
o  por no entender nada.

La mayor sigue bien encaminada, en el profesorado de la educación pública, gratuita, mejorada  y muy desvalorada.

Ya la casa está en el pueblo los tiempos cambian.
Chemo quedó en la chacra, cuidando algunas vacas y viene los fines de semana.
Son tantas las amas de casas que acompañan al hijo al pueblo, en pos de los mañanas.