Una quincena. Una quincena con mimos en la espalda. Con mimos en la espalda y Jarvis Cocker de fondo. Cocker, de fondo, se lamenta. De que el agua no pueda ser vino. Hay elementos que no pueden cambiar radicalmente su naturaleza. Muchas personas tampoco pueden. Tratan y tratan y tratan de amoldarse a la ternura, a las caricias en el pelo, a los mensajes de buenos días y los besos en la frente pero son inflexibles. Por ahí porque anticipan un final, por ahí la ternura se les deshace en la lengua mucho antes de lo esperado y les deja por contraste una resaca bien amarga. Un porqué. ¿Por qué tuviste que decirme eso?