Me costó mucho tiempo entender y hasta ahora sé que una casa o la familia no hace el hogar.
El hogar es una espacio que sientes tuyo pero no necesariamente por tener tus pertenencias materiales, si no que también es un espacio donde puedes ser libre, dónde estás a salvo, tranquilo y puedes ser tú mismo, pero en mi casa no es así…
Quizás el hogar no sea un lugar como dije anteriormente, en ocasiones son las personas o incluso una mascota, el hogar es donde eres aceptado y bienvenido.
Me duele pensar que nunca pertenecí a mi casa, que mi familia son casi desconocidos cuando se trata de abrir mi corazón, y cuando siento que florezco como flor ellos me quitan la luz y el agua para que me marchite, muchas veces me invade una soledad inmensa cuando estoy en la cama a punto de dormir, pero no es por falta de mis padres, de mis amigos o de un amor, es que extraño el hogar que no tengo.
En ocasiones siento que pertenezco al cielo donde nacen las estrellas, dónde me envuelve el frío del espacio o la luz del sol y la luna, pero menos en mi propia casa. Siempre miro al cielo con el sentimiento de que algo inmenso me observa, y es que aquella energía me da todo el amor, aceptación y contención que nunca recibí.