Sigo indicaciones y pujo

concentrada y constante porque la vida

depende de eso

No sé bien qué voy a encontrar

cuando termine de pujar

pero nuestra vida depende de eso

Cierro los ojos con fuerza y espero

los sonidos que él sea capaz de hacer

Cuando los abro, las manos

suaves de las enfermeras

lo sostienen frente a mí

Sus piernas

dan patadas regordetas

a la nada,

levita como San Gabriel

-siento que intenta hablarme y que mi vida depende de eso-

Entonces veo que está atado a algo

-un hilo rojo que sostiene con sus manos regordetas-

y las caras de las enfermeras

se turban de espanto al notarlo

Ellas creen que el parto

me destrozó por dentro

pero lo que Gabriel sostiene no es mío

Es ese elástico pero inquebrantable hilo

que entrelaza a una madre con su hijo.