Todavía ni siquiera salió el sol, pero el ruidoso gallo que pareciera estar encerrado en la alarma de su celular ya marca las 7 en punto. Para la quietud de esas horas de la madrugada, donde el silencio permite escuchar el sonido de la propia respiración, el despertador se siente como una granja entera. Catalina se frota los ojos y tarda un rato en asimilar por qué está despierta. Corre la frazada y, juntando energía, se pone de pie. Durmió unas 5 horas porque se quedó viendo unos videos que la ayudaron a entender los temas que entrarán en el parcial de Química II.

Sigilosamente para no despertar al resto de la familia, que (para envidia de ella) tiene otros horarios, entra al baño y se lava la cara. El frío del agua se siente casi violento para el calor de su habitación al que la estufa la acostumbró. Toma los auriculares y los anteojos, y en puntas de pie baja las escaleras, intentando adivinar los escalones ante la oscuridad de la casa a esas horas. Llega a la cocina y enciende la luz. Calienta el agua para el café mientras prende la computadora. Espera que hoy la conexión a Internet sea buena; ya casi gastó todas las gigas de su plan de datos mensual y no tiene ganas de pelear con Telecentro.

Vuelve a la cocina, sirve el agua y cuenta las cucharadas de café. Mira por la ventana al mismo tiempo que bate la infusión y se alegra al ver la luna, finita. Se siente un poco ínfima, como ella. Le quedan 15 minutos antes de que empiece Filosofía. Le gusta la materia, y es de las pocas que agradece tener virtual; la siente como si fuera un podcast de algo interesante. Mientras se calienta las manos con la taza, empieza a organizar en su cabeza el esquema que tendrá este día. Cuando termine Filosofía tiene que entrar a Ecología. Ni bien acabe con eso, va a intentar empezar a leer el PDF de Geología, que mandó varios capítulos, así después puede dedicarle la tarde al resumen de Química. Espera poder encontrar tiempo para entrenar en algún momento; hace dos días que lo pospone.

El celular le vibra por una notificación. En el grupo de la cursada se están quejando porque todavía no recibieron el link del Zoom. Aprovecha y sube a buscar el cuadernillo que se lo olvidó en la habitación. Se apuró demasiado y su mamá le pide que no haga tanto ruido. Lleva el café al comedor y teclea los datos de la reunión. “Hola profe, buenos días”.

(Texto redactado en junio de 2021 y revisado por última vez en junio de 2024.)