La altura trae mala suerte, a mi por lo menos. Creo que el sur me trataría menos mal. No quiero culpar a la madre tierra de mi destino insipiente, ahora estoy cansada, ojala no te enojes. 

La vida se me va entre las manos, el ultimo mes la muerte me miro a los ojos tres veces. Solo en una era yo la que sostenía el veneno.

 La cabeza golpeando seco en el piso, la pistola en mi frente, las navajas en la mano. En ninguna pensé en mi. Karma colectivo, todas tenían un fantasma diferente pero se repite el tuyo, mirándome fijo. 

Intente escaparle al sonido de las voces de quienes dicen amarme, las drogas no sirvieron, retumban en las paredes, rebotan las lagrimas contra mi.

Las drogas y la gente. 

Volví a la necesidad inhumana de verme diminuta, muchas deudas, mucha metformina en sangre. Pienso mucho en la belleza,  eso haría que te quedes un rato más?
A la gente bella también la persigue la muerte?

Karma colectivo, no se si hablarle a dios o al diablo, no se si culparme a mi.

Mi papá te hace responsable, dice que vos me empujaste a esta situación. No replico, no lo leo. 

La tarde calcina y no soy inmortal

inmoral e innata, dormir 40 minutos en el colectivo.

versos a medias

quizá hay una especie de paz que solo entrega la muerte

por eso me persigue

por eso se sienta en el aparador

por eso me ama