– Percibía cierto aroma a rosas esa tarde. Disculpame la modestia pero siento que romantizamos un poco la perdida, en fin, gritó por ayuda. En el momento salí de ahí, mirando de soslayo vió?

Algo paso, no se bien, cuando me acerque parecía como que caminara sin ganas en medio de una guerra.

– Este es mi mejor outfit – me dijo – Yo solo conecto con grandes, sabe?

– ¿Estas bien? – le pregunté

– Me desoriente, perdón ¿Necesita algo? – preguntó petulante, yo quedé estupefacta al ver tal cambio repentino que no supe que responder – simpatizo con usted – acotó y se fue por la sombra.

– ¿Hasta cuando Gandolfo? ¿Cuántas veces más? Basta hasta acá nos esta mintiendo en la cara, la dejo morir!

– Solo un momento, pero el miedo a vivir era suyo.