Hace un tiempo escribí sobre

cargar con un cuerpo

que se siente quebrado

de la forma más literal.

aferrada a unas manos que desgarraban.

 sin soltar.

¿alguna vez te moviste

y podías sentir

cada parte de tu cuerpo

rompiéndose?

y no hablo de algo simbólico

sino físico

como si en vez de tener huesos

tuvieras vidrios rotos.

Ojalá hubiera sabido que

seguir en ese lugar

era lo que me rompía tanto.

Y haberme vuelto a armar antes,

de a poquito

juntandome

de a pasitos

sin soltarme.

Tus manos sostienen

son refugio

seguridad

y calidez.

gracias por volver a hacerme sentir

que puedo querer

sin abandonarme.