Un domingo muy hermoso en la ciudad de Buenos Aires, Bob, un relojero muy humilde se despertó temprano y con felicidad ya que los domingos no trabajaba. Aunque él no trabajaba los domingos igualmente se ponía su traje de relojero. Él tenia muchos encargos de relojes pero solo decidió comprar nuevas piezas para ellos y arreglarlos al día siguiente.

 Cuando volvió a su casa, quiso tomarse un té, fue a la cocina, lo preparó y se sentó afuera. Bob había perdido la noción del tiempo, entonces decidió ver que hora era con su reloj de mano: -mmm vamos a ver que hora es con mi reloj- Dijo Bob- son las…¿Y mi reloj?¿Dónde está!!?.-                     Desesperado, Bob buscó, buscó y buscó por todas partes pero…jamás lo encontró. En un momento pensó que tal vez se lo habían robado pero a Bob le caía bien a todo el mundo y además al reloj siempre lo tenía puesto. 

 De tanto buscar, le dio mucho calor entonces se arremangó la camisa y dijo: -¿Mi reloj!!? ¿Siempre lo tuve yo!!?ah es verdad que me dormí con el reloj puesto jajaja