¡Hoy quiero que arda Troya!
Convocare a los dioses
para que así sea
para que la arruinen
Quiero que mi ira caiga sobre ella,
que la furia de los cielos
y de Zeus también.
Quiero ver sus cimientos arruinados por el fuego
y volver a levantarlos.
.
El caballo entró
como símbolo de confianza
y de amor a los dioses
pero los griegos profanaron lo sagrado.
Y sin dudarlo
los troyanos aceptaron el regalo
y pecaron
-de ingenuos claro-.
.
El símbolo es un hecho
y como todo hecho tiene efectos
esta vez fue el fuego
en otro momento la eternidad sin juventud
o la promesa del paraíso a cambio de tierras.
.
¡Quiero que ver arder a Troya!
Quiero que mi ira caiga sobre ella
sobre los troyanos ingenuos
que pecaron
por tener fe ciega en el caballo.
.
Las murallas de Troya eran impenetrables
las más fuertes de la antigüedad.
El amor por dioses crueles dejaron que cayeran.
Dioses demasiados humanos para ser divinos
y demasiados perfectos para ser humanos.
.
He suplicado que no arda Troya en otras ocasiones,
pero está vez quiero que se haga mierda
que los troyanos caigan uno a uno sin piedad por boludos,
por buenos,
por ingenuos,
por amar mal a los dioses que los protegían de los males del factum,
por el sólo hecho de ser humanos.
.
¡Hoy quiero ver arder a Troya!
Que caiga en las profundidades
que sus ciudadanos supliquen piedad
que París muera o le duela por un rato,
que Príamo llore y reflexione,
que Helena se arrepienta,
que Aquiles muera.
.
Todo eso para que se den cuenta:
que los dioses jamás existieron,
nunca nos abandonaron,
eran sólo un símbolo vacío
de esperanza
para darle sentido a la vida,
a la destrucción de Troya,
a la creación de un imperio.
Quiero que arda Troya.
Escribo sobre escenarios posibles. Pero en el fondo siempre escribo sobre lo mismo.