¿Te acordás cuando te leía poemas en la cama?
¿Te acordás que por ese gesto de intimidad flasheaste que me había enamorado de vos?
¿Te acordás que confundiste ternura con amor?
¿Te acordás cómo me mentías sin necesidad, sin que te pregunte nada,
Cómo inventabas historias, escenarios posibles dónde vos eras la víctima, el esclavo y yo el verdugo, la responsable de tu mal estar?
¿Te acordás que mentías y que buscabas que te materne y yo te dije «sólo una vez materné y nunca más»?
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¿Te acordás que me trataste de «insensible» por no responder a tus juegos amorosos de manipulación inconsciente,
por no insistir en un vínculo que sólo quería someterme, domarme, cambiarme amorosamente.
«Insensible» por no caer en la insistencia de buscarte desesperadamente,
de no insistir en buscar la ternura que al principio me diste y luego me arrebataste sin más.
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¿Te acordás todas las veces que me cancelaste, que me dejaste esperando, que me cambiaste de plan, que me dijiste cosas y después te desentendías de ellas: de tus reclamos, de tus palabras y justificabas tu accionar con tu historia y diciendo que eras una persona muy sensible?
¿Te acordás que me pedías caricias y cuando te acariciaba te quejabas?
¿Te acordás que me exigiste ternura y cuando te la di dijiste algo así como «no flashees, no quiero esto»?
¿Te acordás que querías seguir viéndome después de decir que no te gustaba nada de mí:
ni mis gestos, ni mis palabras, ni mis modos, ni mis ideas,
como tampoco mi cuerpo y el sexo?
¿Te acordás que un día me dijiste todo eso que te molestaba de mí y después hiciste como si nada?
¿Te acordás que todo lo que te gustaba de mí lo odiabas?
¿Te acordás que comprendí lo que decías, que no me querías, pero te enojaste porque lo que realmente anhelabas es que cambie por vos?
¿Te acordás que te dije «te quiero» y ese mismo día te dejé?
¿Te acordás que lo único bueno fue: poder irme a tiempo?
*La imagen de este escrito es una escena, que recomiendo muchísimo, de la película argentina «El lado oscuro del corazón».
Escribo sobre escenarios posibles. Pero en el fondo siempre escribo sobre lo mismo.