No hay que ser un genio para darse cuenta de que el plan de Milei está tan tambaleante como un borracho en San Telmo después de una noche larga. Si hay algo que la historia económica argentina nos ha enseñado es que los planes basados en la bicicleta financiera, o carry trade (porque suena más cheto en inglés), siempre terminan igual: con los capitales especulativos saliendo despavoridos y la clase media vendiendo lo que le queda de dólares para sobrevivir. Pero claro, eso a Milei no le importa, porque el mérito de la supervivencia no se lo da a la gente, se lo da a los especuladores.

Para aquellos que no se dedican a la city porteña ni a inventar criptomonedas en el garage de mamá, voy a explicar rápido qué está haciendo Milei. Su gobierno y su gurú de las finanzas, Luis Caputo, están fomentando la bicicleta financiera, la misma que usó Macri con sus adoradas Lebac. ¿En qué consiste? Es un jueguito que te hace sentir millonario un par de meses, pero después te deja en la lona. Vos vendés tus dólares, agarrás los pesos y los metés en plazos fijos o bonos que te pagan una linda tasa de interés, muy por encima de lo que se devalúa el peso (2% mensual, regulado por los que creían en el libre mercado). Mientras tanto, los que compran estos bonos sonríen y ganan plata. Pero ojo, cuando la cosa se ponga fea (y se va a poner fea), esos mismos inversores van a salir corriendo a comprar dólares, y ahí es donde colapsa todo.

El espejismo de la estabilidad: ¿cuánto tiempo puede durar?

Ahora, muchos me preguntan: «Demian, ¿hasta cuándo puede durar esta bicicleta de Milei?» Y acá es donde la Inteligencia Artificial (o sea, el cerebro digital que parece tener más neuronas que los ministros del Javito) nos da una mano. La historia nos muestra que la receta de la bicicleta financiera tiene una fecha de caducidad que, en promedio, ronda los 12 a 18 meses, y eso con viento a favor. En el caso de Argentina, el viento a favor no existe; lo que tenemos es una tormenta de deudas, inflación, y una economía productiva que no levanta ni con Viagra.

Vamos a poner un poco de contexto histórico. El carry trade ya lo vimos en Argentina con Macri, y todos sabemos cómo terminó: en 2018 la tasa de interés fue tan alta que nos asfixiamos, el dólar se disparó y el FMI tuvo que venir a «rescatar» a los vivos que ya se habían llevado los verdes. En Brasil, lo mismo: los capitales especulativos entraron, inflaron la burbuja y después se rajaron. Turquía también probó la receta y terminó con una crisis cambiaria que dejó a su moneda en coma. ¡Pero eh, que no cunda el pánico! Milei dice que su plan es diferente… spoiler alert: no lo es.

¿Qué factores acelerarán el derrumbe?

Las reservas del Banco Central: Para que el chiste de la bicicleta funcione, Milei necesita dólares, muchos dólares. Hasta ahora, el blanqueo de capitales le ha dado algo de aire, pero ¿cuánto creés que va a durar ese truquito? Las reservas del Banco Central no son infinitas y si algo nos enseñó Macri, es que cuando se acaban los verdes, el plan se desploma más rápido que las promesas de Milei sobre la «libertad» económica.

La inflación descontrolada: Milei promete tasas de interés del 4% mensual con una devaluación del 2% mensual. ¡Bravo, un negocio redondo! Pero hay un pequeño detalle que parece que se les escapa a estos liberales de manual: la inflación. En cuanto empiece a subir de manera descontrolada (y no olvidemos que Milei la está reprimiendo con todas sus fuerzas), el juego de la bicicleta se termina. Cuando los precios se disparen, esas tasas de interés van a perder atractivo y los inversores van a salir corriendo.

La deuda externa: ¡Ah, el dulce canto de la deuda! Milei, el mismo que dice que odia al Estado, está listo para endeudarse hasta los dientes. Y el objetivo es claro: conseguir más dólares para seguir sosteniendo esta fantasía de estabilidad. Pero claro, cada dólar que se toma prestado hoy es un peso que hay que pagar mañana, y eso termina por aplastar a la economía. Este plan sólo alarga el sufrimiento, y la fiesta especulativa termina cuando ya no hay más margen para endeudarse.

El ciclo de la bicicleta: ¿cuándo explota?

La Inteligencia Artificial no tiene dudas: esto va a explotar antes de lo que Milei quiere admitir. Como mencioné antes, si la historia es una lección, estamos ante un ciclo especulativo que durará, en el mejor de los casos, entre 12 y 18 meses. Lo peor de todo es que Milei y su equipo de ministros (y hermanas con CUIL invicto) parecen estar confiando en que todo se mantendrá estable, como si la economía argentina fuera un reloj suizo. Pero si los especuladores empiezan a sospechar que no hay más dólares en el Banco Central, o si ven que la inflación empieza a galopar fuera de control, la bicicleta se frena de golpe y nos deja a todos con las manos vacías.

Y lo más irónico es que todo esto lo está haciendo un tipo que dice ser liberal. Milei, el campeón de la «libertad», está usando las mismas herramientas que usaron todos los gobiernos que tanto critica: blanqueo de capitales, intervención del Banco Central, endeudamiento externo y el juego sucio de la especulación. Claro, porque para sus amigos financistas, la «libertad» significa poder llenarse los bolsillos mientras los demás nos quedamos contando las monedas para llegar a fin de mes.

Conclusión: ¿cuánto queda?

¿Cuánto tiempo más podemos esperar antes de que este castillo de naipes se venga abajo? Si todo sigue igual, podríamos estar mirando el colapso del plan de Milei no llega a mediados de 2025,  te diría que el momento crítico podría llegar en el primer trimestre de 2025, con marzo siendo el mes en el que todo empieza a desmoronarse.

¿Por qué marzo? Porque es cuando muchos factores clave podrían converger:

1- Las reservas del Banco Central probablemente estarán en un punto crítico para ese entonces, después de meses de intervención para mantener la estabilidad del dólar.

2- La inflación reprimida comenzará a desbordarse. Marzo es un mes donde suele haber ajustes salariales y nuevas presiones inflacionarias después de las vacaciones, y si los precios se disparan, las tasas de interés en pesos dejarán de ser atractivas.

3- El riesgo de una fuga de capitales aumenta con la entrada en un nuevo año, donde los inversores buscarán realizar ganancias y, al notar cualquier debilidad en el sistema, comenzarán a vender activos en pesos para volver a dólares, generando una corrida cambiaria.

¿La solución? Bueno, esa es la pregunta del millón. Lo que está claro es que este plan no tiene un final feliz para la mayoría de los argentinos. Y lo peor de todo es que, mientras el país se encamina a otra crisis, el gurú de la libertad va a seguir con su discurso inflamado, culpando a todos menos a él mismo.

Así que, ya sabés: la próxima vez que te hablen de libertad, acordate de las restricciones a las transacciones en dólares, el Impuesto País y el blanqueo de capitales que benefician a los mismos de siempre. Milei le puede vender cualquier cosa a los incautos, pero a la economía no se la engaña tan fácil. El reloj está corriendo y el colapso es solo cuestión de tiempo.