La paranoia me está matando. Salgo a comprar cada quince días y en el mismo viaje meto todos los trámites posibles. Tampoco recibo nada de amigos o jefes. Todo electrónico o nada. Un compañero trae fruta y verdura del Mercado Central. Hasta me la deja en mi depa y le puedo pagar por Mercado Pago. Ni eso. No quiero tu maldita fruta contaminada.
No es tanto el contacto humano lo que me da persecuta. Es el ascensor de mi edificio en el piso 12 de Balvanera, en plena CABA con el covid por todos lados. Son los botones, las agarraderas, el espejo con dedos marcados. Es la jaula del covid y yo me encierro con él durante casi dos minutos. Como ese juego en el que te metías en una cabina llena de plata y prendían un ventilador para que los billetes vuelen, pero con covid.
Me llegan noticias de mi flia en Lima, y allá es peor. Es como mirar la película adelantada. Mucha paranoia, no salgo ni en pedo. Igual antes tampoco cogía.
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Yaqoob Mubarak, la inspiración de mi partido La Mubarak, sigue haciendo de las suyas en mi primer país, repartiendo parte de su fortuna, seguramente muy bien habida, entre las poblaciones más vulnerables de Perú. Espero que podamos hacer algo lindo con esto.
Por cierto, buscando la inspiración en los orígenes de nuestro líder, quiero hacer una defensa del hiyab, el velo que las mujeres árabes usan sobre su cuerpo y rostro. Siempre creímos que era un violento acto de uno de los patriarcados más feroces del mundo, pero no, las estaban protegiendo del coronavirus. Unos adelantados estos árabes.
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¿No es paradójico que Daniel ARROYO sea ministro de desARROLLO? Alberto debería ser más coherente en sus designaciones.
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El titular de Infobae lo dice todo. Un científico chino que estaba “a punto de lograr un hallazgo significativo” en una investigación sobre el coronavirus fue asesinado en Estados Unidos. Bing Liu tenía 37 años y fue asesinado por otro chino, que después, sospechosamente, se suicidó en un auto. ¿Fue casualidad? ¿O la relevación que se venía complicaría a China en la batalla contra Estados Unidos? ¿Son los espías chinos los más mortales del mundo? ¿Tuvieron asesoramiento cubano-iraní? ¿El estudio truncado demostraba que el covid fue diseñado en un laboratorio de Wuhan?
Son todas respuestas que jamás obtendrán respuestas porque Bing Liu está muerto. Como Alberto Nisman, cuando estaba por revelar un secreto sobre Cristina. La mafia internacional de tendencia marxista siempre recurre a las mismas técnicas y debe ser denunciada. Un grito atraviesa el mundo. Hoy todos somos Bing.
Nisman vive.