Sin bibliotecas, ¿qué tenemos?, ni pasado ni futuro. Ray Bradbury (Escritor estadounidense)
Alejandro Dolina decía que “los libros son las vidas que no vamos a vivir”. Y efectivamente, los libros son fundamentales, valiosos e imprescindibles. Desde que somos pequeños, representan mundos nuevos, emociones que no conocemos, compañía sin condiciones, aventuras y esperanzas. Esto significa que además de tener un valor increíble para enriquecernos culturalmente, nos hacen mejores personas. Sí: los libros te ayudan, te dan una mano cuando lo necesitas, enseñan, te abrigan de cualquier pena pasajera y te abrazan, haciendo que te olvides por un rato del acá y del ahora. Leer no es perder el tiempo, no aburre, ni confunde. Promover la lectura en niños y niñas es clave para lograr una sociedad más igualitaria y capaz de afrontar los desafíos futuros. Un niño/a que se forma como lector contará con más recursos y posiblemente sea un ciudadano/a más comprometido con el mundo que lo rodea. Pero los niños y niñas no llegan solos a la lectura. Llegan de la mano de adultos comprometidos, que desean ayudarlos a desplegar sus alas.
Tenemos la suerte como victoriquenses de contar con una biblioteca hermosa, cálida y equipada con miles de historias esperando a ser descubiertas. ¿Quién no pasó alguna vez por los pasillos de La Biblioteca popular, nuestra biblioteca popular, a mirar la cantidad de ejemplares puestos a disposición de todos? De la mano de María Antonia, encontrábamos libros grandes, pequeños, de muchos colores y tamaños, separados por temáticas y edades, revistas, mapas, artefactos con historia.
Tomarse un tiempo para ir a explorar la biblioteca era adentrarse en un paseo del que nunca salías siendo el mismo. ¿Cómo olvidar la sala que cuenta con un lugar específico para mirar pelis, documentales y materiales audiovisuales de cualquier tipo? La mayoría de nosotros no teníamos algo parecido en casa, qué increíble era tener la posibilidad de descubrir tantas cosas nuevas. Era, es y seguirá siendo siempre una experiencia alucinante con la que contamos, afortunadamente, los vecinos del pueblo.
Hoy, en esta Feria de consumo responsable, me invitaron a decir unas palabras sobre los Libros ida y vuelta. Instantáneamente pensé en el término “revalorizar” que, según la Real Academia Española, significa “devolver a algo el valor o estimación que había perdido”. Les propongo entonces realizar una reflexión colectiva: detenernos un ratito a apreciar lo afortunados que somos al contar con un establecimiento popular de semejantes características y, como dice la definición, devolverle el valor y la estima que han perdido nuestros queridos libros populares que nos esperan siempre ahí, llenos de beneficios y mundos posibles aguardando por nosotros, lectores modernos seducidos por atractivas tecnologías nuevas.
Propongo también, desde mi lugar de profe (ayer niña enamorada y curiosa de las historias que existen en todos los estantes) que usemos los espacios públicos y aprovechemos los insumos con los que contamos. Revalorizar los libros que están en desuso es volver a apropiarnos del saber, de las historias, los personajes y de las infinitas oportunidades que nos ofrecen los pasillos de nuestra Biblioteca Popular Bartolomé Mitre. “Démosle una segunda oportunidad a los libros que no se usan” porque, les prometo, no se van a arrepentir.