Tuve un sueño raro.

 Soñé que toda mi vida acababa en un instante, un parpadeo, un soplido dado contra la diminuta llama de una vela. Así de sencillo, en un abrir y cerrar de ojos.

 O solo en un abrir.

 Allí estaba yo, sentado, contemplando una hoja en blanco, el viento repiqueteando contra los árboles. Un trueno, la luz de un rayo. Después silencio.

 Solo silencio.

 La hoja seguía en blanco, mis manos tiesas, duras como las de una estatua. Mis ojos contemplaban solo la hoja.

 Allí estaba escrita mi vida, segundos antes de que yo la borrara.

 Todo lo que hice, todo lo que hago, lo que haré. Lo que fue, lo que pudo haber sido. Todo.

 No tuve miedo, sabía que pronto este día llegaría, aunque he de admitir que nunca me lo imaginé de esta forma. Y si me preguntaran de qué forma me lo habría imaginado, diría… que simplemente no tenía idea.

 Sentado frente a esa hoja blanca, la mente somnolienta, contemplándola como una obra de arte moderno, sin poder hacer un movimiento, ni siquiera parpadear. Algo acarició mi nuca.

 Y entonces pude moverme.

 Tomé un lápiz que apareció de repente y comencé a escribir de nuevo mi vida. Lo que hice, lo que hago, lo que haré.

 Lo que fue, lo que pudo haber sido. Antes de terminar, sentí que mi vida terminaba, que mi voz se apagaba, mis ojos se cerraban, mis sentidos fallaban, una punzada en el pecho, un dolor agudo. Antes de terminar…

 Desperté.

 Estaba sentado frente a una hoja en blanco, mis manos sobre las rodillas, los ojos fijos a esa hoja. Sentí algo en mi cabeza, una idea, una sensación, como si algo me resultara familiar. La hoja mostraba signos de haber sido usada, para después borrar todo su contenido. A mi derecha vi un lápiz con la punta desgastada. Lo tomé.

 Afuera, el viento repiqueteando contra los árboles, un trueno, la luz de un rayo. Después silencio.

 Empecé escribiendo:

 Tuve un sueño raro.

NOTA FINAL

No sé si definir esto como un cuento, o un ejercicio literario, pero la cuestión es que este «algo» salió de escuchar en loop la banda sonora de la película del 2015 «Macbeth», en concreto la canción «Landscapes». Puede que estuviese inspirado en el cuento Continuidad de los parques de Cortázar, ese  en el que un tipo lee un cuento en el que es el protagonista y pronto le va a suceder algo. En el 2017 lo escribí, y sí que pasaron los años, eh!
¡Gracias por pasarte!