No hay edad…hay procesos

A medida que me hago preguntas, escarbo en mi evolución personal, me entero de quien soy o me acerco más a quien soy, a conocerme, reflexiono y llego a esta verdad personal, pues como suelo decir, hay tanta verdades como personas en el mundo.

Cuando digo: No hay edad… refiero, a no necesariamente hay concordancia con esa edad cronológica y las etapas de la vida que vamos transitando. Cuando digo:…hay procesos, entiendo que cada uno va haciendo procesos en las diferentes dimensiones del SER, o sea, puedo hacer procesos como profesional, como padre o madre, como amiga/o, como ciudadano, etc. Sin embargo en esos procesos los años biológicos se suman o restan en la relación a como habitamos nuestro cuerpo.

Lo entendí cuando me entendí. En mi caso pude tener un proceso profundo de auto-observación, autoconocimiento, en el cual me reconozco madura en una filosofía de vida que implica aceptación del cambio, de las crisis, de los procesos, de la revisión de uno mismo. Sin embargo cuando me case no estaba preparada para una convivencia sana, pues abandone mis sueños y cumpli los del mandato familiar; cuando fui madre me sorprendió conocer el amor incondicional que te sumerge en un mundo de posibilidades, principalmente te enfrenta a ser responsable de otro ser, y sentí que maduraba a la par de su crianza, porque, si mal no recuerdo, estaba un poco lejos de mi SI MISMO.

Otros pueden ser muy maduros al momento de una exploración sexual y de mantener relaciones intimas con otras personas, pueden vivenciar el placer, hasta quedar vulnerables y no perderse en esa fusión carnal.

Algunos se verán maduros o avanzados para construir una profesión pero a veces carecen de una empatía emocional con terceros, o hasta con ellos mismos.

Y están, los que corporalmente han avanzado en edad, sus cuerpos deteriorados, usados al máximo, y sin embargo piensan egoístamente como niños y no por una enfermedad senil, sino porque no cortaron el cordón umbilical.

Los seres vivientes como las plantas, animales, etc, pueden tener mucha más concordancia con lo que su esencia les proporciona como información y viven su presente de manera natural. Los humanos, sin embargo, perdemos conexión con esa esencia y nuestro proceso de desarrollo se distorsiona, en muchos casos, no resulta parejo en todas sus dimensiones.

Tomar consciencia de nosotros mismos, con ese SI MISMO que se aventura a crecer, interactuar desde el inicio con un amor sano, que cuida, protege, pero a su vez libera, es permitir que nos reconozcamos en los gustos, afinidades, talentos o habilidades que hacen que nuestros procesos se unifiquen y concuerden con nuestra edad biológica.

SER proceso ES estar conectados con la esencia,

vivir desconectados es solo cumplir años.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio