I
despido un año caótico
de certezas destrozadas
de caídas y recaídas
al fondo del fondo
lo despido sabiendo
este domingo sabiendo
por fin
que un mundo
no se sostiene por la fuerza
hay que dejar
que el mundo caiga
que se haga añicos
contra el suelo
que se haga abono
del que crezcan flores
hay que dejarse caer
abandonarse a la soledad
pasar la fría noche del campo
para por fin darse cuenta
de que allá a lo lejos
se vislumbra la verdad;
verdad amaneciente
que ya no obturan
los muros de cemento
II
creí caer al vacío
pero me sostuvieron
varias manos cuidadosas
me depositaron
en el suelo frío
como si fuera de cristal
me cuidaron
mientras dormía
y susurraron en mi oído
que aquellas voces
no estaban en lo cierto
a veces
cuando la noche es más oscura
sólo es necesario
que alguien diga tu nombre