Los agonistas

Podría parecer un buen título para un cuento de ciencia ficción o una novela juvenil de aventuras pero no, nada más lejos; aunque algo que ver tiene o más bien nada.

La palabra Agonista, según los que saben, viene probablemente del griego Agon o Agón, que quiere decir, entre otras cosas –dependiendo del contexto y a lo que se refiera–,: contienda, competencia, debate o lucha. La “última” acepción es muy comúnmente usada en literatura –sobre todo en teatro– y traducida como: la lucha del héroe o la lucha entre el protagonista y el antagonista.

Es curioso que dicha definición tan antigua sea la que más se acerca al quid de la cuestión. Pero no es la idea citar aquí eruditas etimologías griegas; ni hablar de arte, teatro y demás;  sino, al menos, visibilizar  una cruda realidad de muchos.

Según Wikipedia “un Agonista es aquella sustancia que es capaz de unirse a un receptor celular y provocar una acción determinada en la célula generalmente similar a la producida por una sustancia fisiológica.”

La anterior definición nos acerca al tema pero no dice mucho. El lenguaje es muy técnico. Hace falta ir al fondo pero con palabras más claras.

Los Agonistas  de la dopamina son aquellos fármacos recetados, junto a la Levodopa, en el tratamiento de la enfermedad de párkinson. Enfermedad progresiva y degenerativa que afecta el sistema nervioso central; ocasionando problemas de movilidad y rigidez muscular y el tan conocido –y lamentablemente “chistoso” para los representantes del humor troglodita–temblor.

Agonistas, como el Pramipexol –más conocido por uno de sus nombres comerciales: Sifrol– vienen a “ayudar” ante la desesperación y el abandono que viven los afectados por esta enfermedad, al igual que lo haría una casa de préstamos a los ajustados económicamente. Los agonistas dan; aunque también quitan; quitan mucho…

Nota: De Agon también viene ¡AGONÍA!

Los Agonistas: “la medicina del diablo”.  Así llaman a estos fármacos en un foro de internet, un grupo de parkinianos organizados. No es dato menor. Y es que toda medicina además de su acción terapéutica o principio activo viene acompañado de reacciones no deseadas. En este caso relacionadas, sobre todo, con la compulsión. Algunos efectos adversos que éstos provocan en ciertos pacientes son:

Tendencia a realizar compras compulsivas

                                                                           Híper sexualidad

                                                                                                    InGeSta CoMpUlSiVa dE AlIMenTOs

¡LUDOPATIA!

La relación entre el fármaco y la adicción al juego no está todavía muy clara para la ciencia. Pero la dopamina, que se intenta reponer con la suministración de estas drogas, además de ayudar a regular el movimiento y el equilibrio desempeña un papel esencial en el sistema del placer conductual  y está relacionada con los mecanismos cerebrales de recompensa.  Aunque bastaría con hacer una investigación propia y preguntar a pacientes con esta afección cuáles son las dificultades por las que deben atravesar y atraviesan en este momento.

Cierto también es que aunque haya estudios bastante contundentes o, al menos, indicios bien sugerentes nunca falta algún neandertal que vea la ludopatía como un vicio o como un pecado capital; así como adosan la gula a los  que sufren obesidad –otra de las enfermedades no reconocida como tal–. Sí, de eso hay mucho… Pero para qué perder el tiempo tratando de explicarles a esos irracionales.

Hay mucha información sobre el tema. Aclaro –aunque no haga falta aclarar– que este no es el espacio más indicado para informarse; sino más bien para enterarse y salir en la búsqueda de más información. ¡Es en realidad eso lo que espero al escribir esto!

Pero hay otra clase de Agonistas de los que no se habla en ningún estudio: los Agonistas-personas. Los Agonistas-personas son los que vieron de cerca los efectos de los Agonistas-fármacos. Ellos están hartos de su agonía llena de compulsiones, insomnio y, sobre todo, indiferencia. Los que amanecen sin amanecer. Los que hasta se van sin quedarse (como quería Pizarnik). Hay casos en San Juan, pero es mejor hacerse el boludo y no hablar del tema…

Los Agonistas no son sólo unas pastillas; son también los pacientes sentenciados a tomarlas. Son los familiares de los Agonistas que se ven obligados a consumir Agonistas.

Aunque otra opción esperanzadora es ver a los Agonistas como los adherentes a una ideología de lucha, de lucha contra la indiferencia, la incomprensión y  la ausencia de muchas cosas. Y en este punto, les confieso, también me siento parte.

Algunas fuentes consultadas:

www.wikipedia.org

www.europapress.es

www.portal.unidoscontraelparkinson.com

www.consumer.healthday.com

www.intramed.net

www.elmundo.es

 www.elpais.com

Si ven caos es intencional. ¡Muchas gracias!

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio