Juntemos en el recuerdo nuestras tristezas 

Inesperadas,

Que nos sirvan de campos oscuros llenos de luz.

Juntemos la lluvia de cada llanto 

Hagamos una piscina para nadar.

Somos uno en la derrota y no importa si nuestros soldados se hunden en el mar.

Recorren la distancia nuestros pajaros 

Ya perdidos alguna vez

Se encuentran entre las  brumas esponjosas,

Nos comunican el pesar.

Y a pesar de estar tan lejos,

Sus risas me visitan

Como la ladrona de vida a mi cama

se sienta a darme puñaladas funerarias

Y aunque me ahogue entre las llamas

Su risa desparrama

Todas las tristezas,

Y esta hora tan funesta 

Él, jinete en armadura

Viene a la selva oscura 

A besar esta amargura.