La ultima libertad que me quedaba y yo no sabía, era girar mi ojo interior y elegir mi propio camino, irme de todo para volver a mí.
Hoy ya pasaron 415 días de aquella reflexión en el hospital a la que agrego:
La libertad que ahora tengo tiene un precio, que es responder por mi conducta y asumir responsabilidades incluso en situaciones que no elijo ni provoco, tomando siempre las decisiones que deseo. Ojala pudiera volver atrás unos meses y abrazarme, decirme que todo va a estar bien, que me quiero mucho, que confié en mi, que tengo mas cosas positivas de las que me imagino.