Quizás…

…estamos exactamente donde nos quieren. Ni tan mal ni muy bien. Lo suficiente para que estemos asustados y caminemos en línea. Lo suficiente para no darnos cuenta de que el teatro continúa: los precios son sombras chinezcas solo opacadas por las de los políticos.

La máquina funciona fallando y mientras los cobayos asustados endeudándose a gusto en la comodidad de sus jaulas, viviendo la realidad prefabricada del que no saldría de la caverna ni a rastras. 

La calle es la respuesta, pero han borroneado las preguntas, la distancia se teje a control remoto, de los sentimientos se habla con equivoco y la bondad es sinónimo de debilidad. La belleza interior es la que importa pero la exterior vende más… cuanta vanidad hay que soportar, cuanta altanería de lo vulgar…

Nuestra ya Ama I señora gobierna cerebros vacíos a control remoto. Una respuesta “particular” para cada pregunta estandarizada, preseteada en la psique del cognitariado. Una horda de jóvenes que se mueren por no ser, por caerse en el agujero de alguna droga, cheap sex o el último juego de moda le preguntan todos los días cómo deben comportarse y hasta le tratan de usted. En sus caras se refleja el vacío que impera en sus mentes, y sus palabras sólo saben asentir. Olvidados de lo diferente, olvidados de lo que podría ser si… se pasean por espacios que lucen como ellos: maquillados pero chatos, lugares donde la forma se devoró al contenido, donde la condición de estar es desaparecer…

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