Hace 40 días calculé en este artículo que si Bahía Blanca llegaba a 65 casos diarios promedio durante dos semanas el sistema sanitario entraría en crisis. La base del cálculo es bastante simple y lo vamos a hacer con los números actuales.
Al día jueves 3 de septiembre tenemos 486 infectados activos, de los cuales 74 están hospitalizados en distintos grados y ocupan el 45,40% de las camas disponibles en áreas covid de toda la ciudad. Si llegáramos a 1070 casos activos y la proporción se mantuviera la ocupación sería del 100%. ¿Cómo se llega a los 1070 casos activos? Bueno, si calculamos que una internación promedio se extiende unas dos semanas podemos dividir 1070 por 14 y ver cuántos casos diarios tendrían que ir acumulándose sin liberar plazas para saturar el sistema. El resultado da 76 nuevos infectados diarios, 11 más que los calculados hace más de un mes pero no lo suficientes como para dar tranquilidad.
Al jueves 3 tenemos 40 contagios de promedio diario en la última semana. Pero el jueves anterior el número era 25. Y 7 días antes era de 12. La curva viene en ascenso y no sabemos dónde va a terminar.
Por lo pronto, con el promedio de hoy, los que viven el día a día de los hospitales de la ciudad dicen cosas como estas:
Gabriel Peluffo, director del Hospital Penna
«Puede ser peor la situación en 15 días si no hacemos nada. Parece raro el mensaje, el sistema de salud colapsó, pero por otro lado abrimos restaurantes, shopping y gimnasios; son mensajes contradictorios (…) Estamos entrando en una situación bastante complicada, con un aumento claro de casos; estamos entrando en un brote en la región (…) Nos preocupa el resto de los hospitales, varios de ellos están a un 100% de ocupación porque como viene la situación puede colapsar en un tiempo no muy lejano»
Pablo Tentoni, subdirector médico del Hospital Italiano y responsable del Área Covid.
“El fin de semana estuvimos a punto de tener que poner camas en la capilla del hospital para contener la demanda. ¿Lo tuvimos que hacer? No, pero estuvimos a dos pacientes más de hacerlo (…) Estamos trabajando al límite y buscando lugar donde no hay. Si se hubiese visto afectado un geriátrico más el fin de semana directamente colapsaba el sistema de salud en Bahía Blanca. No pasó, zafamos, pero estamos en el límite del límite (…) Necesitamos que la gente se cuide para no colapsar»
Carlos Deguer, titular de la Asociación Médica de Bahía Blanca (AMBB).
«Tenemos 100 % de ocupación tanto en el HAM como en el Privado del Sur de camas clínicas; hay que ver cómo sigue la situación en estos días, uno de los problemas tiene que ver con los geriátricos. Hoy casi no hay lugar y hay que ver cómo sigue el tema de los hisopados, si se estabiliza o sigue creciendo el número de casos (…) pareciera que se están liberando las cosas en el momento más álgido, situación que se observa en los hospitales»
Pablo Casella, subdirector del hospital Dr. Raúl Matera (OSECAC)
«Vemos que el personal se va cansando, pero continuamos trabajando y prestando todos los servicios, algunos con algo de demora (…) Cada día tenemos más y más casos; hoy (el 1 de septiembre) tenemos cuatro pacientes con respirador»
Graciela González Prieto, de la dirección del Hospital Municipal
«Como en el resto de los hospitales, se registra un aumento de las consultas y también notamos un incremento en la internación (…) Tenemos todas las camas de clínica ocupadas en este momento, y en la terapia intensiva, de las nueve camas tenemos siete ocupadas (el 2 de septiembre)»
Sebastián Picabea, jefe de Servicio de Clínica Médica del Hospital Español
“La situación actual es difícil porque se tuvo que aislar prácticamente a la mitad de las enfermeras de UTI (Unidad de Terapia Intensiva) y otros pisos no COVID; y de los cinco clínicos que formamos el servicio, están asistiendo tres (…) Muchos se preguntan «¿todo esto por una gripe?». Bueno, esta es la enfermedad donde la solidaridad es primordial (…) Si la curva de casos continúa con el ascenso que venimos teniendo realmente se va a comenzar a saturar el sistema de salud en la ciudad. Recordemos que Bahía Blanca recibe gran cantidad de derivación de la zona (por COVID y no COVID), y la situación de los aledaños está empezando a preocupar. Si no empezamos a cuidarnos vamos a tener consecuencias a corto plazo que van a ser difíciles de remontar.”
Carta Abierta de Asociación de Profesionales de la Salud Municipal
“Preocupados, cansados, expuestos, desalentados… y la sociedad hace oídos sordos (…) Manifestamos, responsablemente, que los sistemas de atención sanitaria, públicos y privados, estarán colapsados en corto plazo, si no reforzamos las correctas medidas de protección personal y el imprescindible distanciamiento social para evitar mayores contagios (…) La cuarentena no estuvo en conflicto con las libertades individuales. Protegió y salvó vidas. Acá y en el mundo entero. El aumento de la circulación comunitaria del virus escalará, si no se usan o se siguen utilizando mal los tapabocas, si no se respeta el distanciamiento y si continúan las reuniones sociales sin cuidados.”
Si a este escenario planteado por doctores de casi todos los hospitales bahienses le agregamos 20 ó 30 infectados más por día, durante dos semanas implacables, es difícil no advertir un colapso del sistema sanitario. Y no estamos hablando de algo lejano, teórico. El viernes que viene podemos ya estar contando días, dentro de esas fatídicas dos semanas que subirán las tasas de letalidad, tanto de covid como de cualquier otro factor que puede ser atendido en un hospital.
Me da muchísima tristeza como ser humano que, con tanta información y advertencias que tuvimos, estemos a las puertas de una tragedia social sin precedentes. La Razón, como tantas veces en la historia, ha fracasado.
Las explicaciones de esta subida de contagios
Es sabido que este coronavirus no necesita ayudas para esparcirse debido a su alto nivel de contagios, pero tentar a la suerte desoyendo las recomendaciones de expertos y hasta las leyes o decretos del gobierno es un efectivo atajo para llegar a esta explosión.
No está de más recordar otra vez que el virus se manifiesta entre 5 y 17 días después del contagio, por eso se suele utilizar el número 14 como clave para leer en el pasado las causas del presente o planificar las posibles acciones a futuro.
Si, por poner un punto específico para el boom de contagios, definimos al día 26 de agosto como inicio del subidón, se deben rastrear las causas entre el 9 y el 21 de agosto. Se elige el 26 porque se detectaron el hasta ese entonces record de 40 casos. Desde ese día el número no volvió a bajar de 20, ni siquiera los domingos.
Algunos de estos atajos al contagio son:
Las marchas y manifestaciones públicas de más de 200 personas.
Quien escribe estas líneas no tiene dudas acerca del vínculo entre estos eventos y los repuntes de casos. El artículo de hace 2 viernes trató sobre esto así que no voy ahondar demasiado, sólo actualizar los números puntuales de la reciente marcha opositora del 17 de agosto.
Para los que por motivos ideológicos no quieran responsabilizar a las manifestaciones, les dejo otras posibles excusas, igual de incómodas.
La apertura de los gimnasios
Autorizados por el intendente Héctor Gay y desoyendo toda advertencia provincial, nacional y epidemiológica, el 12 de agosto comenzó el proceso de reapertura de gimnasios, estudios de pilates, institutos de yoga, entrenamiento funcional y box de crossfit.
Se habla de estrictos protocolos y un compromiso de las autoridades y de los dueños de respetar la distancia social y bla. Todos sabemos que lo único que controla el municipio es el correcto uso de sus inéditas bicisendas y estacionamientos en el medio de la calle.
No tengo elementos para asociar el alza de contagios a la actividad física en lugares cerrados, más allá de varios estudios que la desaconsejan y la creencia de que la exhalación e inhalación propia del ejercicio no son muy inocuas que digamos. Tampoco hay una argumentación sólida que sostenga que no hayan sido factor de infección.
Las reuniones sociales
Si los detractores de la teoría del contagio en las marchas pudieron disimular los efectos del 20J en el Día del Padre ocurrido 24 horas después, ahora podrán echarle la culpa al de Día del Niño (ahora llamado Día de las Infancias) festejado el 16 de agosto, en las vísperas del 17A.
No hay dudas de que las reuniones sociales son motivo de contagio. En lo personal descreo que generen crecimientos exponenciales como el actual, pero son claves para que los casos diarios se mantengan o suban de forma paulatina.
Dentro del rubro “reuniones sociales”, hay bastante consenso respecto al afloje de las prevenciones en los grupos que se reúnen en parques, plazas y otros lugares públicos. Poco distanciamento social, mates o bebidas compartidas, incorrecto o nulo uso del barbijo.
Tiro sin profundizar una propuesta que iría a tono con el espíritu recaudatorio del municipio. Crear una especie de guardia urbana que controle estas cosas, con una multa que no tiene que ser alta, sino cobrable. No es sólo por buscar penalizar por el bolsillo, sino también para darle la sensación a la ciudadanía de que se está haciendo algo. Que no estamos tan en manos del azar.
(Información al cierre: el municipio acaba de anunciar que pondrá personal en los espacios públicos para concientizar sobre las medidas de prevención, sin multas. Celebro la decisión y esperemos que funcione)
La respuesta de demasiada gente ante este hecho suele ser apelar a la responsabilidad individual, extremando el rol del Estado al de una maestra jardinera que tiene que ir cuidando niños irresponsables por ahí. Cierro esto con una pregunta que buscaré responder la semana que viene:
Si la responsabilidad individual no sirve y colapsa los sistemas sanitarios ¿qué hacemos?
Datos y analíticas de la semana que pasó (y la que viene)
Empecemos primero por los días estimados para la duplicación de casos. Actualmente está en 18 jornadas, bajando furiosamente (hace 2 semanas estaba en 48). El cálculo lo difunde la Municipalidad, según las recomendación del Ministerio de Salud. Si estos datos proyectivos están medianamente en lo cierto vamos a estar entrando en la primavera con unos 2500 casos positivos en la ciudad. Para llegar a este número en 18 días (hoy estamos en 1253) tendríamos que tener unos 69 casos cada 24 horas, lo que significaría un sistema sanitario reventado.
La curva de contagios y recuperados
Este gráfico muestra la evolución de ambas variables desde el primer caso positivo en la ciudad, el 21 de marzo. Es bastante ostensible que la línea no se despegó del piso durante meses, hasta cumplidos los 14 días del fatídico 20J/Día del Padre donde presentó un repunte importante. Después los números se mantuvieron en la famosa meseta durante mucho tiempo, con la línea de los contagios y recuperados marchando casi en paralelo, hasta los hechos ya abordados en este informe renglones arriba.
Contagios y fallecimientos diarios
Este gráfico muestra los nuevos casos y muertes de cada jornada, desde que se declaró la circulación comunitaria el 17 de junio. Se puede observar con precisión los repuntes producidos gracias al 20J/Día del Padre, su posterior amesetamiento y el alza aún sin final que se inició el 26 de agosto. Los puntos negros aparecen cada vez más seguidos y no sería sorprendente que lleguemos a tener al menos un fallecido por día de un momento al otro.
Testeos y positivo por nexo epidemiológico
Desde el 10 de agosto la provincia de Buenos Aires adoptó la modalidad nacional del positivo por nexo epidemiológico, es decir, “una persona que conviva con un caso confirmado por laboratorio y que tenga síntomas respiratorios en un área de trasmisión comunitaria, se registrará como caso confirmado por nexo clínico epidemiológico sin la necesidad de realizarle el test PCR”. Se considera conviviente a quien comparte habitación, baño o cocina y no podrá aplicarse este criterio ni a personas de riesgo, trabajadores de salud, fallecidos sin causa y algunos más. En estos casos, deberá realizarse un test obligatoriamente. La medida se toma para saltear el burocrático paso de esperar el resultado para tratar al paciente con el protocolo covid, en horas que pueden ser fundamentales. Después de todo, si convive con un positivo y tiene síntomas es muy poco probable que no esté infectado por el coronavirus. También, ahorra testeos. Algo destacable no tanto por la plata ahorrada como por los cuellos de botella que se arman en los laboratorios de cada rincón del país y retrasan los resultados de casos más sospechosos o urgentes.
En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, han decidido no utilizar esta modalidad, aduciendo que tienen capacidad de testeo. Yo creo que el motivo es otro. Quieren seguir vendiendo la ilusión de estar en una meseta de entre 1000 y 1500 casos diarios y saben que implementar el nexo epidemiológico les dispararía los números. Después de todo, el índice de positividad de los testeos en CABA es del 40%, cuando la OMS recomienda menos de 5% para comenzar con las aperturas. Si llevaran su capacidad de pruebas a la solicitud de la Organización Mundial de la Salud quién sabe cuántos infectados diarios detectarían.
En lo personal, defiendo la medida del nexo epidemiológico, aunque reconozco que tiene sus limitaciones a la hora de procesar algunos datos. Con algo de eso me encontré al querer hacer el índice de positividad de los testeos bahienses.
Lo único bueno que hizo el gobierno de Héctor Gay en relación a la pandemia es la sección de la web de Gobierno Abierto dedicada al coronavirus. Es muy detallada, se actualiza diariamente y me brinda información sin la cual no podría escribir estos artículos. Incluso al estudiar lo sucedido en otras ciudades, algunas con más recursos y habitantes que la nuestra, descubro que este nivel de data pública es menos común de lo que uno cree.
El nivel de detalle es tal que, cuando se implementó la positividad por nexo epidemiológico, se agregó una columna diaria con el número de nuevos casos por test PCR. Si uno fuera mal pensado podría interpretar que lo hacen para bajarle el precio a los casos por nexo pero celebro la información y hasta la uso en esta sección sobre los testeos porque me parece correcto quitar los positivos que no fueron diagnosticados por laboratorio. Lo cierto también es que al evitar testearse a pacientes que probablemente estén infectados se logra bajar el índice de positividad pero, bueno, ningún sistema es infalible.
En cualquier caso, me topé con que el 2 de septiembre hubo 0 casos diagnosticados por laboratorio, sobre 40 nuevos infectados y al día siguiente, con 41 contagios totales, los testeos positivos fueron ¡59!. Especulo algún error justificable para esto y a los efectos prácticos pongo 29 un día y 30 en el otro, pero lo aclaro por motivos de rigor.
Lo primero que noto es que, pese al boom de contagios, no se aumentaron demasiado los testeos respecto a los últimos meses por lo que asumo que ese es nuestro cuello de botella: entre 400 y 500 pruebas semanales. Esto lleva lógicamente a los altísimos niveles de positividad de la última quincena (42%), que no son para nada alentadores sobre lo que nos depara en el futuro.
A cuidarse como siempre. Y como nunca.