Si entró a esta nota esperando que se hable del sindicato, de sus sueldos, de Hugo Moyano, del espionaje macrista a Pablo Moyano o cuestiones similares, le recomendamos buscar en otro lado. Acá se va a hablar de la problemática de los conductores, víctimas y vectores de la pandemia que azota al mundo.
El siguiente repaso se limita sólo a la última semana, basado en notas de prensa. Los primeros casos ya fueron mencionados en el artículo anterior. No es necesario que el lector apurado recorra el párrafo completo, alcanza con que se entienda el concepto.
El brote de 5 contagiados en la comuna de Carreras (Santa Fe), iniciado por un transportista que estuvo en CABA, ya supera los 60 contagiados, en 6 localidades diferentes. El camionero bahiense que dio positivo sufrió el peor temor: contagió a su mujer y sus hijos, de 3 y 6 años. Similar angustia vive el conductor de Realicó (La Pampa), luego de que su mujer se infectara de covid a través de él. En menos de 48 horas, puestos fronterizos de San Juan descubrieron dos conductores positivos: un salteño que volvió a su provincia desatando un conflicto diplomático y un boliviano, internado en Mendoza. Un camionero de la aceitera General Deheza (Córdoba) fue aislado tras dar positivo en covid. Su mujer también dio positivo. En San Luis, una de las provincias más blancas que hay, dictaminaron el alerta epidemiológica por tres casos, todos camioneros. El conductor de General Deheza que había estado transportando aceite en territorio puntano, un mendocino positivo que había estado en la localidad de San Francisco (donde aislaron a cinco personas por contacto estrecho) y un caso sospechoso, a partir de una denuncia anónima. Dos transportistas mendocinos dieron positivo en un control en Arco Desaguadero. Un camionero de Chivilcoy (Buenos Aires) fue internado con síntomas de coronavirus en Trelew (Chubut). Un trabajador del volante de Brasil fue internado en Uspallata (Mendoza) por síntomas de covid. En el misionero hospital Samic de Oberá, murió por covid un camionero oriundo de la localidad de San Vicente de esa provincia. La esposa de un transportista de Rodeo del Medio (Mendoza) se contagió de su marido. En San Martín (Mendoza) dio positivo una mujer de limpieza en el Hospital Perrupato. Allí están internados el camionero de Rodeo del Medio y otro colega, principales hipótesis de contagio. Tres transportistas paraguayos fueron aislados en San Francisco (Córdoba), por presentar cuadros febriles. A última hora, San Juan notificaba 2 nuevos positivos en puestos de frontera: un conductor brasilero en el control de Bermejo y otro mendocino en San Carlos.
Pensemos una cosa. Hay cálculos que estiman que el 10% de los contagios en la provincia de Buenos Aires pertenecen al personal de salud. Casi 1500 personas formadas e informadas que, pese a tener protocolos más exigentes que cualquier otro trabajador, contrajeron la enfermedad. Si profesionales que estudiaron y laburaron de eso durante toda su vida no pudieron evitar la infección ¿qué probabilidades hay de que no pase lo mismo con camioneros y transportistas, que se desayunaron el protocolo de un día para otro y que, en la mayoría de los casos, tienen que autoabastecerse de los insumos básicos contra la pandemia?
Entonces, tenemos decenas y decenas de miles de conductores atravesando territorios en todas las fases posibles, con altísimo riesgo de contagiarse y esparcir el coronavirus por áreas blancas o que con mucho esfuerzo buscan llegar a estar libres de covid. El traslado de personas de distrito a distrito debe reducirse al mínimo. Es igual de necesario que procurar que la gente salga de sus casas lo menos posible.
Los Centros de Trasferencia de Carga
Ya empezamos a desarrollar el concepto de Centro de Transferencia de Cargas. Los números sólo demuestran que ya se está volviendo algo necesario. El plan es simple. Encapsular lo más posible a los conductores de carga en sus distritos, mediante centros logísticos de carga y descarga de mercadería, ubicados en lugares estratégicos. Camioneros de un distrito llevan su carga hasta el predio donde personal preparado descarga, desinfecta y carga en los nuevos camiones, conducidos por choferes de otros distritos, que no entran en contacto con sus pares.
El acceso a estos centros sería obligatorio para quienes tengan que descargar mercadería en el distrito. Los que estén de paso o posean cargas difíciles de trasvasar (granos, animales, combustibles, productos congelados, cargas que requieran transportes especiales) seguirán su camino sin desviarse del recorrido establecido por las autoridades.
Estos Centros de Transferencia de Cargas podrían volverse islas seguras para los transportistas, brindándoles servicios y comodidades, así como una oferta gastronómica, mecánica y toda necesidad abarcable que haga que los conductores circulen lo menos posible. Todo aséptico y controlado por personal sanitario autorizado.
Se puede pensar en tres niveles para estos CTC. Uno internacional, en pasos fronterizos. Otro nacional, en áreas muy afectadas por el virus (AMBA y Gran Resistencia) y un tercero provincial o municipal, donde territorios más controlados decidan invertir en prevención para no perder los sueños de Fase 5. Los casos que veremos a continuación se inscriben en este último grupo.
Las experiencias reales: San Luis y Jujuy
La semana pasada esbozamos el concepto de Centros de Transferencia de Cargas, con el nombre de Áreas de Trasbordo. Durante la investigación para este informe se descubrió gratamente que la idiosincrática provincia de San Luis ya llevaba implementando un sistema similar desde mayo, con excelentes resultados y un nombre mucho mejor, que tomamos al instante. Reconvirtieron autódromos, aeropuertos, terminales de ómnibus, Zonas de Actividades Logísticas (ZAL) y otros predios afectados por la pandemia en estos CTC, que disminuyen notablemente la circulación de no residentes en las ciudades. Los puntanos le agregaron además el control satelital de los vehículos. Es importante destacar que la provincia está por cumplir tres meses sin casos de covid.
Pero veamos un caso concreto. Como se dijo en el resumen camionero, San Luis activó la alerta epidemiológica por tres conductores sospechosos. Dos dieron positivo al llegar a sus provincias. Gracias al seguimiento satelital y al contacto telefónico se determinó que no hubo desvíos en el recorrido y que todas las descargas se hicieron respetando los protocolos. En la localidad de San Francisco se aislaron a cinco personas por contacto estrecho con el camionero mendocino. En el caso del aceitero cordobés, ni siquiera hubo aislados. El tercer caso todavía no fue diagnosticado. Se trata de un conductor que fue denunciado en forma anónima por salirse del recorrido. Se corroboró que la denuncia era correcta, por lo que se aisló al hombre hasta la espera de resultados.
La otra experiencia de Centros de Transferencia saltó la grieta. Del peronista Alberto Rodríguez Saá al radical Gerardo Morales, de Jujuy. Algunos de los recientes brotes en una provincia con pocos casos estuvieron vinculados con transportistas y el gobierno jujeño decidió actuar. Esta semana anunció el protocolo de los Centros de Transferencia de Cargas, mismo nombre que en San Luis. Con optimismo prometen test PCR para todos los camioneros que ingresen a Jujuy. Lo hagan o no, será una experiencia para observar.
Costos y beneficios de los CTC
Se podrá objetar que esto traerá costos. Es cierto, pero más costo tiene implementar protocolos epidemiológicos ante brotes que te llevan a fases más estrictas. También se puede pensar en reutilizar personal ocioso de empresas o entes gubernamentales afectados por la pandemia. Muchos trabajadores con experiencia en carga y descarga, manejo de inventario, trato con proveedores, coordinación de personal, uso de autoelevadores y largo etcétera podrían reubicarse temporalmente a cambio de que el Estado pague parte de los sueldos o reciban rebajas en deudas e impuestos.
Lo único claro es que el protocolo actual para el transporte de cargas no está funcionando. Además de lo ineficaz que es para evitar la transmisión del coronavirus, genera conflictos colaterales igual de preocupantes. Ya hemos dado testimonio de actos discriminatorios hacia los trabajadores. En general son rápidamente señalados como principales focos de infección en la búsqueda desesperada por encontrar cadenas epidemiológicas que eviten la temida circulación comunitaria, como sucedió en Bahía Blanca con el brote en el Hiper y en tantos otros lados. Las lonas que antes mostraban orgullosas los orígenes del camionero, hoy son motivo de estigma si nombran localidades con transmisión de covid.
También pasa lo mismo que en todas las profesiones: los irresponsables. Lo que trasladan gente escondida, los que comen asados, los que se desvían del recorrido, los que incumplen el protocolo. Pasa en las mejores familias, también acá.
Todas las semanas se suma un nuevo conflicto camionero en algún punto del país. Esta vez le tocó a San Juan, por el lento y polémico ingreso a las provincias, que exige un aislamiento de 48 horas para esperar los resultados del testeo. El sistema atrasa el trabajo, genera colas interminables y altera la vida de los trabajadores al punto que se generó una protesta en el control de San Carlos.
Roces diplomáticos entre provincias
San Juan también se vio involucrado en otro daño colateral del actual protocolo, tal vez uno de los peores: los roces diplomáticos entre las provincias. Mendoza exigió explicaciones por el camionero boliviano al que se le hizo un test en la frontera norte de San Juan y se le permitió seguir circulando. Cuando el test dio positivo, la Gendarmería mendocina lo detuvo cerca de Uspallata, pero desde el ministerio de salud de la provincia elevaron la queja por los posibles focos de contagio que pudo haber generado el trabajador en su recorrido.
Algo similar ocurrió con el camionero salteño. Al dar positivo, se lo escoltó a su provincia, atravesando “en forma encapsulada” los territorios de San Juan y Catamarca, la libre de covid. Salta presentó una queja ante Nación, acusando a ambas provincias por permitir la circulación de un contagiado, acusando a la provincia sanjuanina de buscar deshacerse del transportista con “una maniobra muy riesgosa”.
San Juan quedó entonces en una encrucijada. Se pelea con los camioneros o se pelea con las provincias vecinas. Los Centros de Trasferencia de Carga podrían ser una solución a ambos conflictos.
Estos roces interprovinciales pueden ser muy contraproducentes a la hora de planear las fundamentales estrategias conjuntas contra el coronavirus y surgen en parte por las falencias de los protocolos actuales, que no contemplan un plan de carácter unificador, dejando demasiado librado a cada provincia la implementación de estos recursos. Es lógico. La enfermedad es nueva y hay que adaptarnos.
Final pesimista sobre la situación del AMBA
Alberto, Axel y Horacio acaban de anunciar una cuarentena más estricta en el AMBA, de poco más de dos semanas. Es muy probable que no funcione demasiado. Son pocos días para lograr disminuir los casos a gran escala. El virus ya está en los hogares, en los barrios, en los comercios esenciales. Los asintomáticos están por todos lados y van a hacer que el coronavirus sobreviva más allá de un ciclo completo en cuarentena. Encima, los resultados recién se van a empezar a ver por el día 10 del aislamiento. Cuando los números comiencen a mejorar ya se va a acabar el tiempo y extender la cuarentena estricta promete un conflicto furioso.
Ojalá los datos acompañen y generen conciencia de que no queda otra opción.
Presidente de Trafkintu (por el momento)