Es muy habitual, en debates políticos o sociales, que se utilicen expresiones como “tal cosa es de sentido común” o “esto se soluciona usando el sentido común”. También hay que destacar que, si bien uno nota una mayor utilización de esta frase en sectores comúnmente conocidos como “derecha”, lo cierto es que tampoco es exclusividad de estos.
En lo personal creo que la expresión debería ser erradicada de nuestro discurso por dos motivos:
1- Utilizar esta expresión es un ejercicio prejuicioso de pereza intelectual. Decir que el “sentido común” casualmente sostiene lo mismo que el hablante es, mínimamente, de vago. No es muy diferente a decir “esto es así” y no dar mayores explicaciones.
2- Si nos ponemos a rascar un poco, la expresión “sentido común” destila absolutismo. Todos los habitantes de una comunidad tiene un único sentido y los que no lo comparten son locos, estúpidos o algo peor, que puede escalar rápidamente a la deshumanización o estigmatización del otro.
¿Por qué si en general todos aceptamos que cada humano es diferente, que cada cual tiene un trip en el bocho, que cada problema tiene infinitas soluciones, que cada maestro tiene su librito, dejamos que alguien argumente en nombre de un pensamiento único que es a todas luces imposible?
Como dije anteriormente, el uso de esta figura no es exclusiva de la derecha y se puede escuchar en boca de personas que se consideran progres, troskos, kirchneristas, peronistas y largo etcétera. Debería haber una revisión en estos sectores dado que la expresión atenta brutalmente contra el concepto de diversidad y minoría, muy valorados por la izquierda y centro izquierda.
Pero es en la derecha donde la expresión cobra un peligro inusitado porque el sentido común se compone, se construye, se impone, se segmentariza y todo lo que queda fuera de este merece ser tratado como un ser inferior, que no tiene la racionalidad necesaria para comprender lo mismo que todos o no es un hombre de bien que quiere lo mejor para la sociedad.
Y cuando empieza la categorización de personas comienzan las tragedias.