Las cosas son las que hablan. Novela policial corta que se desarrolla enteramente en la proverbial habitación cerrada a través de un obsesivo análisis inductivo de los objetos que en ella conviven. Danza atomizada entre la persistencia y la desintegración. De la contratapa: "La Oficina se nos presenta fragmentada, pieza por pieza, completando un rompecabezas en que el lector deberá ir reconstruyendo una historia de pasiones e intrigas. Cada una de estas piezas es un objeto: mudos espectadores atravesados por las subjetividades de los agentes con quienes interactúan. De esta manera se va confeccionando un relato en el cual la distinción entre las cosas y los personajes se vuelve cada vez más difusa, para ir tomando forma a medida que nos sumergimos en la ágil lectura."
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