¿Sabes? hay algo muy lindo de vos

que me di cuenta esta madrugada, esta noche despejada, este verano de charlas y risas en la mesa de los abuelos; y eso es, que cada vez que algo te encariña o se te llena de amor el alma, te tocas el corazón. 

Que hermosa que sos

te pones una mano en el pecho. No. Perdón. En el pecho no, en el corazón. Y si pudieras, sé que te lo tocarías a carne viva porque vos vivís honrando tu alma 

vas a morir haciéndolo, y yo me di cuenta hoy.

Te veo sentir. Te veo amar, llenarte de amor. Y viéndote es que aprendí que nunca voy a subestimar tu amor, el que sentís, el que das. 

Tocate el corazón cuando sientas esa sensación de cariño envolviéndote, es una de las cosas más bonitas (que veo) de vos

por ahí no te das cuenta, viste; pero yo sí. Este es mi primer poema para vos, pensando en vos, dándome cuenta de algo que forma parte de tu ser místico, abriendo mis ojos exclusivamente para permitirme por fin admirar cómo reaccionas ante el sentimiento más fuerte del universo, y después sentarme acá a escribir sobre vos. Es mi primera vez.

y, por favor, que preciosa que sos. Cómo no te dedique 700 poemas antes.