Imaginate que todo lo que descuidás se rompe. Todo. Lo que no sabés tocar, lo que no sabés hablar, lo que no sabés escuchar.

¿Qué rompiste hoy?

¿Ya le dijiste buen día al que tenés en frente?, ¿al de al lado?, ¿al de adentro? Ya le recriminaste lo feo de su aspecto, lo arremolinado de su pelo, lo triste de su rostro. O lo pensaste. Ya te diste cuenta que no ríe tan alto ni habla hasta por los codos. Ya te diste cuenta de lo esquiva de su mirada. ¿Ya te diste cuenta que lo descuidaste?

Imaginate que todo lo que rompiste lo perdés para siempre. ¿Te duele quedarte solo? ¿O te alivia estar a salvo?