Evita y Perón
Y yo tengo mis razones, mis poderosas razones que nadie podrá discutir ni poner en duda: yo no era ni soy nada más que una humilde mujer… un gorrión en una inmensa bandada de gorriones … Y él era y es el cóndor gigante que vuela alto y seguro entre las cumbres y cerca de Dios.
Eva Duarte de Perón. La razón de mi vida.
Evita oradora
Cada uno debe empezar a dar de sí todo lo que pueda dar, y aún más. Solo así construiremos la Argentina que deseamos, no para nosotros, sino para los que vendrán después, para nuestros hijos, para los argentinos de mañana.
Eva Duarte de Perón
Evita mujer
Nuestro siglo no pasará a la Historia con el nombre de “Siglo de las Guerras Mundiales” ni acaso con el nombre de “Siglo de la desintegración atómica”, sino con este otro mucho más significativo de “Siglo del feminismo victorioso”. La revolución social a que asistimos en esta hora de veloz transición, alcanza no solo al obrero, quien reclama justamente se le considere dentro de la sociedad como persona humana informada por un alma trascendente y eterna, sino también a la mujer, la cual exige todos los derechos imprescindibles para el desarrollo de sus poderosas virtualidades. (…) Somos nosotras parte de una nueva fuerza que entra en las corrientes humanas empeñada en sostener la civilización y la cultura a que pertenecemos. En la lucha gigantesca en que nos hallamos envueltas, las grandes y las pequeñas, las afortunadas y las humildes, todas las mujeres debemos estar dispuestas a cumplir nuestro deber, a fin de que el mundo se vuelva lo que debe ser: Una gran confraternidad de todos los pueblos, con trabajo y con paz.
Eva Duarte de Perón
Evita junto a su Pueblo
Un día oí por primera vez de labios de un hombre de trabajo que había pobres porque los ricos eran demasiados ricos; y aquella revelación me produjo una impresión muy fuerte.
Relacioné aquella opinión con todas las cosas que había pensado sobre el tema… y casi de golpe me di cuenta que aquel hombre tenía razón. Más que creerlo por un razonamiento, “sentí”, que era verdad…
Eva Duarte de Perón
Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle, por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias. Por eso nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas.
Eva Duarte de Perón