Viajé con

mi amigo que pone el transporte

Llegamos a los horizontes entrecruzados

un sitio desconocido para mí mismo

nos quedamos frente a una pared que siempre se descascara

y encontramos un libro en el que imprimimos

nuestra memoria y nuestra historia.

El libro decía que el cuerpo es

una botella no retornable, decorable y reutilizable

la caja de la memoria

un árbol andante

un volumen claroscuro y

el límite con el exterior.