Ojalá encuentres la paz que tanto necesitas. Como del primer suspiro en tu llegada y que soñaste entusiasmada atravezar el pleamar azul… hasta que viviste y te diste cuenta de la infamia del Ser, de su ferviente argucia y burla, de su escalonada injusticia y hueco corazón. ¡Hueco, hueco, hueco corazón!