I
«si vamos a sufrir, es mejor sufrir y terminar una canción que quedarse sin nada» charly
II
cuando la crítica mejicana dice que una película es «oscura», «fuerte», «sucia» o «perversa», preparate para la intensidad de garcía ferré, mínimo
III
la combinación de varias cosas que no me gustan puede producir que el resultado me guste. por ejemplo: the who es una banda que muchas veces suena demasiado básica, sin matices: la voz, la guitarra y la batería van para el mismo lado. las letras son muy de barrio de monoblocks (dirán por eso que son los abuelos del punc) y sin mucha gracia. encima, tiene la música de towshend una pretensión ampulosa, de golpe se pone grandilocuente, wagneriano mal, gritón. el cantante daltrey debe venir de otro barrio, porque se nota que no los entiende a los otros. tiene un registro amplio y no desafina, pero es dueño de una grasitud impertinente. ninguna de esas cuatro cosas me gusta, pero las cuatro juntas hacen canciones que me gustan
IV
vi «Día de lluvia en Nueva York» y me quedé pensando en que algunas comedias de Woody Allen se parecen a «Teatro como en el teatro» de Darío Víttori, salvo que los tipos en vez de usar un traje gris gastado usan saquitos ingleses marrones con jean, y las cosas en vez de suceder en un conventillo suceden en departamentos lujosos
V
“El primer acto del escritor de guiones consiste en identificar al lector con el productor. El que debe colaborar con el autor en la «transformación» de la estructura linguística en estructura cinematográfica, es justamente el que paga. El destinatario de la obra es, una vez más, el patrón” Pasolini
VI
todo lo que es representación implica inevitablemente ficción. todas las news son fake, porque todas son un acontecimiento construido para ser comunicado. en función del recorte, de cuándo, cómo y en qué contexto se comunique, cambiará el sentido inevitablemente ideológico que ese discurso tenga. por eso a la prensa le sirve hoy hablar de “fake news”. quiere que la gente siga creyendo en que hay otra cosa posible: la quimera de la objetividad de la industria periodística
VII
algunas herramientas ideológicas están bien a la vista si se observa la producción en la industria de medios contemporánea. se trata de obedecer instrucciones estéticas pobres y homogéneas, las de una empresa de entretenimiento: gastemos lo menos posible, polemicemos lo menos posible, juntemos publicitariamente unas cuantas reproducciones
VIII
el otro día escuché esto: “le entro como el agua al Titanic”. no se trata de una metáfora en su totalidad sino de una comparación. “le entro”, de todas maneras, funciona como una metáfora que permite, contextualmente, comprender el sentido sexual de toda la comparación. y si no sabías qué fue el Titanic y por lo tanto no pensaste que se hundió porque se lo clavó un iceberg puntudo y luego fue llenado por el amor intempestuoso del agua, siempre podés averiguarlo
IX
edipo va a arrancarse los ojos con un broche que toma de su madre muerta. va a desterrarse a un lugar a donde nadie puede verlo, en el que nadie puede hablarle y en el que no hay nadie a quien él le pueda hablar. es casi imposible nombrar el horror, y el horror puede ser nada más que respirar. edipo no quiere ver, pero la obra va a representarse a pesar de él. casi imposible, casi: van a deslizarse metáforas que hagan apenas soportable el mundo recalcitrante. hasta una pregunta por la muerte parece un gracioso acertijo
X
la pared blanca del cuarto te abruma. le hicieron los albañiles ondas y líneas y relieves como pequeños valles casuales. muchas veces el ruido de cualquier adorno es difícil: un grito callado, constante, interior, de humano miedo