I
a mi me interesa la política, por ejemplo leí mein kampf a los quince. por eso me interesa saber por qué grupos grandes de gentes eligen ciertas cosas ¿alguien podría especular acerca de por qué el chaqueño palavecino es tan popular?
II
puedo llamarlo lugar común o redundancia o amaneramiento innecesario y despreciar, solo por eso, un poema entero o un párrafo completo de prosa. tengo la sensación de haber leído muchas veces la misma frase en muchos poemas a lo largo de los años, o de haber leído frases similares o con el mismo sentido acrítico. y eso me incomoda, como si el autor me invitara a compartir su descuido, como si me tratara un poquito de tonto. al que escribió esa frase ¿no le pasa lo mismo que a mi? ¿no supone que otros lectores pueden tener la misma sensación? ¿el asunto le es ajeno? estoy casi seguro de que hay algo, más allá de la sola recurrencia descuidada, que me propone subestimar lo que siento como subestimación escrita. hago un honesto esfuerzo para que la frase «inasequibles secetos» no me expulse definitivamente del texto, pero es inútil
III
estamos llenos de dicotomías banales. por ejemplo: dicen las publicidades y dice la gente que hay personas que cultivan más su cuerpo que su cerebro y otras que cultivan más su cerebro que su cuerpo. qué pelotudez. las dos cosas se cultivan solas, el cerebro y el cuerpo funcionan juntos todo el día. creer que decidís dedicarle más tiempo a una u otra parte del cuerpo es una creencia. vos podés creer que llevás nomás a tu cuerpo al gimnasio o a cargar bolsas al puerto, pero ahí tu cerebro es refinadamente educado mientras transpirás. vos podés creer que metés tu cabeza en unos libros o en el excel de la oficina, pero ahí tu cuerpo anda trabajando muchísimo mientras supones que usas solamente la cabeza. preguntale a stephen hawkins si su cabeza alguna vez pudo dejar a su cuerpo en un lugar secundario
IV
diosito:
te ruego que esta noche pueda encontrar una peli o una serie que no me trate como tonto y que sea entrenida. de paso te pido encarecidamente que nadie me recomiende una de lars von trier.
amen
V
me produce rechazo la idea misma del espoil. es como si la gente que se preocupa porque no le espoileen una novela, una serie o una peli estuviera declarando a viva voz cierta idiotez propia y diciendo a la vez que uno, espóiler, es una especie de perverso hijo de puta
VI
en cuanto al spoil, hay que decir primero que si el espectador está suficientemente educado en la narración, nunca hay mucho que estropear cuando se cuenta el final o alguno de los momentos cruciales. la imaginación humana es más previsible de lo que parece. ¿cuántos giros narrativos y finales originalmente sorprendentes y coherentes con la trama previa te quedan por descubrir si ya leiste a Homero y a Sófocles y a Cervantes y a Dick y a Shakespeare y a Hammet?
VII
lo que no suele considerar el lector (espectador) promedio -debe ser la centésima vez que lo escribo en un texto, cada vez de diferente manera- es que el quid artístico está en la forma en la que algo se dice, muy por encima de la argumentación y la temática. te cuento por ejemplo que un chico pobre conoce a una chica con pretensiones de rica, se enamoran enseguida, y el chico da la vida por ella. ahora andá a contarle eso a las decenas de millones de personas que disfrutaron viendo Titanic
VIII
me parece ver un síntoma cultural en la idea del spoil narrativo: en una época que se dice a sí misma todo el tiempo que el pasado y la historia terminaron y que no merecen ser mencionados, la gente consume más ficción que nunca e inventa palabras clave que quisieran (aunque equívocamente) custodiar el valor de lo narrativo, de la historia común. pareciera que hay, en el entretenimiento, una reacción a la imposición cultural contemporánea que pretende que el tiempo es puro presente
IX
anduve caminando desde el centro hacia el norte un montón de cuadras y observé que, penetrando la parte bien de la ciudad, la cantidad de comercios cuyo nombre es «tienda de (algo)» aumenta de dos a cinco por cuadra a medida que uno avanza. esto sucede en bahía blanca. en miami a la tienda se la llama «grosería». en fin, cada vez que el tiempo me permite ver la imposición de una moda pienso que la gente usa muy poco la imaginación que dios nos dio
X
puse para ver esta noche dos pelis. miro 5 minutos de cada una y después decido, a veces hago eso. le pifié feísimo con las dos: Die welle (La ola, 2008) y Laundromat (Dinero sucio, 2019). las dos son de un didactismo insultante y a ninguna pude soportar más de diez minutos. no son películas, son, con mucha buena voluntad, materiales didácticos tal vez útiles para el tercero o cuarto grado de la escuela primaria. no me imagino cuál puede ser el público adulto de tales cosas. y no es porque ande buscando un público «culto». el problema es, digamos, formal. pretendo diferenciar una película de algo que definitivamente no lo es
Escritor, periodista, guionista y docente. Coorrdina talleres de escritura literaria y académica y hace cada tanto programas de radio.