Lo que uno se pregunta primero es por qué series o películas como estas no se hacen por aquí. Yo diría que los recursos son los recursos y eso nos llevaría a muchas cosas, sí. Pero también diría que imaginación artística no es lo que sobra. Diría que en lo audiovisual argentino tenemos un vicio europeizante, afrancesado, que no es justamente inglés o norteamericano, y eso es malo.
Y dije recién “serie o película” a propósito, porque Southcliffe está hecha en cuatro capítulos de una hora, es decir que es como una peli larga, un poco más morosa que lo habitual, que aprovecha de paso ciertos usos televisivos. Es una miniserie británica transmitida en el 2013 por la cadena Channel 4, es decir la BBC, es decir que es un experimento bancado por el estado británico que ha sido tan prepotente con nosotros, los países pobres.
Vamos al asunto: en el primer capitulo hay un pueblito de Inglaterra, frío húmedo y costero como corresponde, en el que un loquito de la guerra se levanta y mata a medio mundo. Hasta aquí nada nuevo. Hay que decir, sin embargo, que habría muchas malas y tontas maneras de contar algo que todos sabemos, y sucede lo contrario: hay que ver la precisión narrativa de los planos fijos, los paneos, el zoom in cuando se usa. Vosotros veréis.
Ya sabés quien fue, a quién mató, cómo lo hizo. Hasta -en primera instancia- sabés por qué. Bueno, se terminó la serie. Respondidas las cinco preguntas periodísticas que todo pelotudo bien entrenado por los medios espera, lo demás es pérdida. Pero a partir de ahí empieza lo interesante, porque en los siguientes capítulos se cuenta lo mismo de otra manera.
A ver: por ejemplo ves el mismo tiro y el mismo muerto en la misma escena, pero con la cámara puesta en otro lugar. O escuchás masomenos el mismo fragmento del relato, pero dicho por otro personaje del pueblo. Y eso resulta en cosa no tan obvia: se dicen nuevas cosas que se van sumando o restando al total.
¿Por qué decía yo que la serie “ aprovecha de paso ciertos usos televisivos”? Lo decía porque la duración promedio de una peli no permitiría semejante derroche. Un derroche -cómo se usa el tiempo y la detención en las maneras de mirar- que hace el centro de la obra.
Ni hablar de que todo está “bien hecho”: no podría esperarse, en función de la efectividad del asunto, un mal actor o un mal editor. Y por supuesto que la moralina editorial posible para el tema está bastante atenuada, porque son ingleses y son medio cínicos como siempre. Sí, ya sé: el periodista molesta un poco. De paso: se trata de algo que casi no se puede espoilear, lo que me encanta porque odio el miedo de la gente a que le cuenten algo.
Está toda en Youtube, sin subtitular
Escritor, periodista, guionista y docente. Coorrdina talleres de escritura literaria y académica y hace cada tanto programas de radio.