Noviembre aquí con el mismo calor, no es el mismo noviembre, el aire es provocador, receptor en la sangre de un ritmo disparador del pulso.

Incita como a despertar, salir corriendo a encontrar esos ojos, reconocerlos entre todos, reflejo interno que lo acepta, lo desafío, provocarlo en la respuesta de la locura.

 Ardid sigiloso al nivel de imposibles, eso de la sensibilidad a lo desconocido,

En cinco sentidos percibimos lo que nos rodea, sin temor a equivocarme la música es un sexto sentido.

 Y el ser que me atraviesa es ese sexto sentido con sonidos.

Disfruto, sonrío, veo la suya, como describir que entre golpes y silencios la música me habla, inédito increíble atrevido, picaresco, me gana todo, me gana en todo con música fantasía y bailo.

Laten chispas modos mariposas, conmueve, me detengo abro los ojos, escucho su voz me fundo con su luz, truenan como piedras la inercia, inventor mío en el encierro de soledad dócil.

Un temblor dentro mío, tan cálido fuerte frágil dulce ardiente nace en mí así, así consume mis pensamientos.

Hasta el fin de la hoja esta.

No se oyen las chicharras y ya es época de su presencia.