Que da más vida a una escuela que sus recreos, iniciaba el año escolar, escuela pública, dicen contención de jóvenes que no pueden acceder a otro nivel de educación, los rejuntados, los repitentes, los diferentes, los humildes.

Disfrutaba tanto esos recreos, verlos pasar en sus grupos, hablando, riendo, bailando, algunes cruzaban corriendo, otres gritando, y las pelotas peligrosas amenazando, los fervientes intervalos.

Las profes, estas lechuzas, mirando de lejos sus personalidades, pronto las detectábamos por su energía, a las más andariegas.

Se acercó mi colega:

— ¡Profe! ¿Qué hacemos este año? Yo venía desganada, cansada de torneos, siempre participe en todo lo que fuera escolar, equipos de Atletismo, Hándbol, Voleibol, Coreografías.

— Sinceramente tengo más ganas de retirarme del sistema educativo, que permanecer.

Demasiadas desilusiones en el ámbito educativo, en el que no se valora el esfuerzo, y se premia por “amiguismos”.

—Si te vas a ir qué mejor que retirarte con lo que te gusta hacer.

No le faltó decir más, ya estaba de nuevo entusiasmada ¡a formar un equipo!

En esta oportunidad dijimos:

—Participemos en pelota al cesto— como asegurar un provincial, un deporte extinguido de muchas instituciones, y siendo del interior, sin buscar un excelente rendimiento, les asegurábamos un viaje a las chicas de nuestra escuela secundaria E.E.S. Nº 184; demás está decir que su trayectoria deportiva es paupérrima.

No contábamos con pelotas, ni cancha, ni cestos, ni jugadoras, a pedir se ha dicho…

Y vender numeritos, el motor generador del impulso de la profe más joven me llevaba.

Conseguir que las estudiantes que no pasaran la edad permitida (en la escuela pública la edad en que ingresan generalmente es elevada).

Que aprendieran el deporte, sean lo más altas en lo posible, que pudieran defender un partido, todo esto en semanitas.

Deporte: Pelota al cesto.

Categoría femenino menores sub 14

— ¿petisas?

— Igual.

.

En cada recreo buscábamos a las posibles,

— ¿Cuántos años tienes?, ¿Cuándo cumplís los quince?, ¿Queres jugar pelota al cesto? — el enganche de convencimiento era el viaje a conocer la capital de nuestra provincia.

Y así por repechaje formamos, sin darnos cuenta un grupo increíble, de luchadoras, llenas de energía, de carácter, de humor, respetuosas, compañeras, solidarias, amaron pelota al cesto, jugaban con pasión, de esos grupos que muy pocas veces se logra,

— ¡Profe, profe, profe, sáquenos del curso, ya vamos a entrar! — nos aturdían todos los días.

Con mi querida amiga y colega, nos sentíamos orgullosas de ellas, ya no faltaba nada.

El chequeo del viaje al provincial ¡perfecto!; D.N.I.; fichas médicas firmadas, autorizaciones, lista de buena fe, 10 jugadoras, una ausente, que se durmió, pero 9 seguíamos bien, ya que un equipo ESCOLAR se compone de 6 en cancha y 4 suplentes, siempre recortan las políticas educativas “por presupuesto” siendo que un reglamento dice 12 jugadoras, 6 suplentes, 6 en cancha alguna le tocaría correr un poco más, profe titular y suplente ¡Arriba!

¡Arriba el equipo! Se contagio de entusiasmos, ansiedades, miedos, pero decididas, sobre todo, mucha alegría, puf… viajamos.

Llegada de delegaciones, ¡cuánto alboroto juvenil! Midiéndose entre miradas, cuchicheos y demases propios de esta edad.

Momento de la cena, control de mesa, sorteo…

Hora de presentar toda la documentación, las profes a cargo, una debe permanecer con las jugadoras, la otra al control.

Confiadísimas ambas que todo estaba perfecto.

Nos descalifican dos chicas, una por mal de Chagas ¡en qué momento no vimos esto! pues el medico firmante autorizaba, otra un mal dato en el DNI, hoo cielos ¡en qué momento no vimos esto!

Bueno, aun así, sufrimos dos bajas, nos quedaban siete jugadoras, no conozco un deporte “que sancione falta de jugadoras” ya que en todos los deportes generalmente teniendo los jugadores necesarios para la cancha, hasta en algunos con inferioridad, se los habilita a jugar.

La jefa de mesa dice:

— Su equipo queda descalificado, por no contar con la cantidad necesaria y obligatoria, tanto titular como suplentes.

—¡¡¿¿Quéeee diceeee? ¿En qué reglamento dice eso? Desorbite de alteración en mi imaginación, de frustración, de los sueños e ilusiones, hechos pedazos de estas jovencitas.

Me plante frente a esta mujer,

— ¡Quiero ver el reglamento tráigamelo!, porque nosotras leímos todo el reglamento, y eso no está en ningún lugar, esto es deporte escolar, donde se la participación a todos.

¡Se supone!

Movidas de aquí para allá, vinieron con el reglamento de la federación, leía y leía, letras blancas, negras, grandes, chicas, se movían burlonas.

Todas chocamos contra la decisión llorando de rabia, consolando a las muchachitas.

¡Todas en silencio con los ojos hinchados! ¡Cielos en qué momento no vimos esto!

Cielos ¡en qué momento no vimos esto!

Lo que no vemos es que “jugadores federados con sus reglamentos de federaciones” pueden integrar y reglamentar equipos escolares”

¡Que más humor y fracasos que la educación ciega!